jueves, diciembre 19, 2024
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Tiempo Falconiano, Bolívar o Gandhi, por: Douglas Játem Villa

Lo intolerablemente largo y estéril del intercambio de posiciones respecto de la situación de los venezolanos puede hacer pensar que el mismo se traduce en pérdida de tiempo, y que por ende no vale la pena continuarlo. Sin embargo, dado que tenemos que mantener la resistencia y la lucha hasta que recuperemos a Venezuela, tenemos que continuar en este debate, sosteniendo la posición de que se tiene que realizar la elección legítima y democrática del nuevo Presidente de la República aceptado y respaldado por la sociedad.

Esto significa repetir que como personas sensatas preferimos la solución pacífica, debiendo quedar totalmente claro que no se trata simplemente de un acuerdo que traiga “calma”, a lo cual le atribuye una importancia determinante un sector que se califica de opositor, sino que respete la realidad de nuestra nación, la cual demuestra absolutamente que necesitamos un nuevo presidente, no solo porque ya concluyó el período constitucional y debe elegirse el nuevo mandatario, no como se pretendió realizar en mayo de 2018, sino, sobre todo, por lo increíblemente destructivo que ha sido la labor de Maduro con todas las barbaridades, y todas las violaciones de los derechos de toda clase de los venezolanos.

En esto radica el meollo de la muy grave situación de Venezuela dado que no se ha registrado la voluntad del gobierno de aceptar la realización de la elección presidencial, algo que pudiera hacer imposible la salida pacífica. No obstante, esta negativa gubernamental puede ser derrotada pacíficamente por la voluntad del pueblo, la cual puede llegar a ser insuperable, como la fueron las luchas lideradas por Gandhi y Martin Luther King, por ejemplo, para independizar la India de Inglaterra, y para conquistar los derechos civiles de la población afroamericana en Estados Unidos, respectivamente.

Se reconoce que la gesta es muy cuesta arriba dadas las condiciones de vida de nuestra sociedad venezolana, algo que influye muy negativamente sobre su capacidad de lucha y participación, y se debe agregar una insuficiencia de liderazgo. Se puede reconocer que durante estos últimos 20 años hemos retrocedido mucho como colectividad ciudadana participativa En el caso de Paraguaná, ni se sienten los ambientes refinador y pesquero, ni las “ferias locales domingueras”, todo esto  tan presente años atrás.

En el ámbito artístico y cultural, los ateneos de Coro y Punto Fijo lucen olvidaos por la comunidad. Qué decir de la universidad y las graves limitaciones de profesores, estudiantes y trabajadores en general, y sobre todo la deficiencia académica, como en el caso de la UNEFM.

Sin embargo, el señalamiento de estos obstáculos no tiene un propósito derrotista, sino, por lo contrario, diagnosticar nuestra “debilidad” para realizar lo necesario para convertirla en fortaleza, dentro de lo cual se debe destacar como indispensable y vital lo que nos dijo Juan Pablo II en aquel tiempo en el cual nos visitó, “despierta y reacciona”, lo cual, a su vez, se traduce en el desarrollo del liderazgo necesario y suficiente para motivar y empujar nuestra sociedad hacia la meta suprema, la recuperación de Venezuela. Es cuesta arriba, pero no imposible. Creo que hoy la sociedad civil está mostrando un nivel de participación que aunque no llega aún a ser suficiente, podrá aumentar.

En la democracia, como la que en buena medida empezó a desarrollar Venezuela a partir de 1958, la conciencia que desarrolla el pueblo acerca de su propia fuerza, determinada por el tamaño de la población y también por su comportamiento ciudadano, la lleva a comprender que su sola presencia puede superar la fuerza del gobierno, y en esas condiciones puede doblar el rumbo de la política y trazarle un nuevo curso al país.

 Esto deberá ser complementado por el papel rectificador de los partidos subordinando sus intereses organizacionales al objetivo ya establecido, lo cual significa que los partidos y grupos que “confían” en llegar a un acuerdo con el gobierno, deberían más bien unirse a la mayoría opositora. Por otro lado, se tiene que respetar la memoria de Bolívar y tener presente que si es necesaria la confrontación ella se librará porque lo que no se puede hacer es resignarnos a perder a Venezuela.

Artículo de opinión por: Douglas Játem Villa

CACTUS24 14-11-19

 

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