Luiz Inácio Lula Da Silva protagoniza este miércoles el plenario de la cumbre del clima COP27 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, una aparición que celebrará el regreso de Brasil al consenso climático global y donde se espera que el presidente electo del gigante latinoamericano reafirme su compromisos climáticos.
En su primera intervención en la COP27, Lula declaró que planteará esa propuesta al secretario general de la ONU, António Guterres, para que la reunión climática anual «se haga en Brasil, en la Amazonía».
Según detalló, hay «dos estados aptos» para organizar esa cita, el de Amazonas y el de Pará.
Recibido con vivas y aplausos por una multitud de simpatizantes y miembros de la sociedad civil en Sharm el Sheij, en Egipto, Lula prometió librar una «lucha muy fuerte» contra la deforestación de la Amazonía, que avanzó con fuerza en los últimos cuatro años de mandato de Jair Bolsonaro.
Vamos a «acabar con el proceso de degradación que están viviendo nuestros bosques tropicales», proclamó.
En ese acto, organizado por gobernadores de los nueve estados brasileños amazónicos, Lula afirmó que con su regreso a la presidencia, que asumirá el 1 de enero, «Brasil está de vuelta en el mundo», empezando por la agenda climática.
«Brasil no puede estar aislado como lo estuvo en los últimos cuatro años», con un gobierno que no hizo «ningún esfuerzo para conversar con el mundo», afirmó.
El dirigente de izquierda anunció, además, la creación, por primera vez, de un ministerio de los Pueblos Originarios, «para que no sean tratados como bandidos», y prometió «hablar mucho» con los pueblos indígenas para coordinar políticas en la Amazonía.
La visita de Lula, que llegó el martes al foro organizado por Naciones Unidas en su primer viaje al exterior desde que ganó las elecciones presidenciales el pasado 30 de octubre , le devuelve el lustre político a la reunión, enmarañada desde el lunes en negociaciones contrarreloj para poder llegar a un acuerdo «significativo» el próximo viernes, la fecha de cierre oficial del evento.
También coincide con la celebración del día de la biodiversidad en donde se tratará la situación de la naturaleza ante el cambio climático y la posibilidad de tener soluciones basadas en los ecosistemas para paliar sus efectos.
Nuevamente Brasil, uno de los países más diversos del mundo y custodio principal de la cuenca del Amazonas, uno de los pulmones del mundo, que bajo el gobierno de Jair Bolsonaro ha sufrido incendios y devastación sin precedentes, es central en esta temática.
Precisamente fiscalizar la situación de la Amazonía está siendo uno de los temas claves en la transición gubernamental, con el equipo del presidente electo enfrascado en pedir a Bolsonaro que libere los datos anuales de deforestación en la Amazonía y otros biomas del país.
Sólo la deforestación es responsable de casi el 50% de las emisiones de carbono de Brasil, según dijo esta semana el vicepresidente electo Geraldo Alckmin.
El político brasileño participará además en varias ponencias de grupos indígenas y ambientalistas presentes en la reunión.
Los debates del día subrayarán también la interdependencia de la biodiversidad y el cambio climático, la necesidad urgente de integrar respuestas a escala y buscarán ofrecer un análisis del paisaje de las políticas públicas internacionales para atender las crisis climáticas y de biodiversidad.
Cactus24 16-11-22