La joven Cláudia de Albuquerque Celada, de 24 años, pasó casi seis meses en el hospital tras ser diagnosticada con botulismo . Cacau, como la conocen entre sus amigos, se encontraba en un programa de intercambio en Aspen, Colorado, Estados Unidos, cuando comió sopa enlatada y contrajo una grave infección en febrero de este año.
Apenas un día después de sufrir los primeros signos de la enfermedad, experimentando mareos, visión doble y dificultad para respirar, la brasileña fue hospitalizada en Estados Unidos con el cuerpo paralizado y solo respiraba a través de máquinas. En abril, la familia inició una campaña para trasladarla a Brasil .
En estado grave, la vendedora fue trasladada en una UCI aérea al Hospital e Maternidade São Luiz São Caetano do Sul, en la región metropolitana de São Paulo, 70 días después de su internación en Estados Unidos.
Según el padre de Cláudia, Antônio Celada, la situación de su hija en Estados Unidos era desesperada “Mi hija estaba prácticamente tetrapléjica y necesitaba equipo para respirar y comer. Fue terrible”, dijo.
Tratamiento en Brasil
Al llegar al Hospital e Maternidade São Luiz São Caetano, de la Rede D’Or, a principios de mayo, pasó inmediatamente a la UCI.
“Llegó en estado agravado, manteniendo tetraparesia (semiparálisis, hormigueo y debilidad en los cuatro miembros), consciente pero inmóvil. Nuestro objetivo, en este escenario, fue mantenerla estable para mitigar gradualmente el avance de la enfermedad, previniendo complicaciones secundarias como infecciones o sepsis en el período agudo”, recuerda Luís Felipe Silveira Santos, supervisor médico de la UCI de adultos.
En el hospital, un equipo multidisciplinario, integrado por médicos, fisioterapeutas, logopedas y psicólogos, atendió a Cláudia durante su larga recuperación y también brindó apoyo a su familia.
“No podía esperar a que pasara. Seguí todo lo que pasaba a mi alrededor, pero no podía comunicarme”, dice la joven.
“Fue un desafío para todo el equipo clínico. Teníamos que tener vigilancia ininterrumpida de la cama. Cláudia era dependiente y necesitaba ayuda para realizar todos los cuidados e incluso cambios de puesto. Esto afectó también la parte mental del equipo, porque estamos hablando de una chica joven y sana, con una vida por delante, que estaba atrapada, despierta, pero sin movilidad, atada a esa habitación”, informa Adriano Romani, enfermero. en São Luiz São Caetano do Sul.
Cláudia, que padece asma y diabetes, tuvo que someterse diariamente a sesiones de fisioterapia, ejercicios musculares con estimuladores eléctricos de realidad virtual y acciones para recuperar la dicción y la deglución mediante el entrenamiento del habla. Poco a poco, Cacau empezó a dar signos de recuperación y, con el retiro de la traqueotomía y la sonda de alimentación, empezó a retomar su vida normal.
“La comprensión de los psicólogos nos dio consuelo en nuestro día a día y Cacau, más tarde, también recibió motivación para recuperar su autonomía. Gracias a esa planificación multidisciplinaria, mi hija ahora camina un poco, ayudada por masajes y apoyo para levantarse y sentarse”, destaca Antônio.
A pesar de un revés en julio, cuando Cláudia tuvo que ser hospitalizada nuevamente debido a una parotitis, inflamación de las glándulas del cuello, finalmente fue dada de alta en agosto. El tratamiento de fisioterapia se continúa realizando a domicilio.
CACTUS24 (11-09-24)
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