En esta zona de Australia, el clima riguroso y la riqueza mineral significan una cosa: la vida se vive mejor en la ciudad subterránea de Coober Pedy.
Es la fuente número uno de ópalos con calidad de gema en el mundo. Es también el hogar de unas 3.500 personas de 45 nacionalidades diferentes, muchos de ellos europeos que llegaron en los años 60 en busca de fortuna.
Pero esta pequeña ciudad del sur de Australia también presume de otra rareza: la mayoría de sus habitantes viven bajo tierra.
Del fondo marino a los campos de ópalo
Hace 150 millones de años, la ciudad de Coober Pedy era el lecho de un vasto océano. El tira y afloja de la marea llevó los minerales del lecho marino de arenisca a las grietas profundas de la tierra, dejando depósitos de sílice que se endurecieron gradualmente.
El árido clima desértico de la región hace que el agua escasee y que la vegetación sea aún más escasa. El primer árbol de la ciudad fue uno de metal erigido para (suponemos) alivio visual en el centro de la ciudad, donde todavía se puede ver hoy.
La temperatura presentaba otro problema más. En el verano, las temperaturas en Coober Pedy alcanzan los 104 grados Fahrenheit (40 °C ) y, a veces, más, y llueve muy poco, lo que hace que las tormentas de polvo sean frecuentes.
La vida en la superficie era insostenible, por lo que los recién llegados hicieron lo único que tenía sentido: comenzaron a cavar.
¿Cómo viven bajo tierra?
Mientras que en la superficie no hay pasto, solo tierra de color rojo, en el subsuelo la ciudad florece.
Lo que partió con construcciones más rudimentarias, hoy son cómodas casas en las que viven las familias e, incluso, algunas tienen piscinas interiores.
«Lo bonito de vivir bajo tierra es que es muy tranquilo y silencioso», contó la residente Christine Antoau a medios australianos. «No hay movimiento de aire ni ráfagas y, como no hay ventanas ni luz natural, se consigue un sueño nocturno muy tranquilo».
Pero la ciudad ha crecido también bajo el suelo y actualmente no solo hay residencias, sino que además cuentan con tiendas, museos, iglesias y el único hotel subterráneo.
Por las características únicas de Coober Pedy, la ciudad también ha sido locación para el rodaje de varias películas.
Las cuevas en las que se explota el ópalo aparecieron en «Mad Max 3», y la desértica superficie también sirvió para simular al planeta Marte en «Stars on Mars».
CACTUS24 (03-08-23)
