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El «estrés pandémico» afectó la ovulación femenina

La pandemia paralizó la vida de millones de personas durante casi dos años, y supuso un impacto emocional claro en gran parte de la población. Algo que se reflejó, entre otras cosas, en una alteración en las menstruaciones de muchísimas mujeres.

Una investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología en Atlanta, Georgia (EE.UU.) puso de manifiesto que esas interrupciones vitales y el estrés vinculado a la pandemia de Covid-19 conllevaron una ovulación alterada en la que se vio reducida la duración de la misma o los niveles de progesterona, revela el porla WebConsultas.

El estudio fue el primero en observar en las mujeres alteraciones ovulatorias sin interrupción del ciclo menstrual durante la pandemia por Covid-19. Jerilynn C. Prior, profesora de endocrinología. en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá) opina que “es probable que estas alteraciones ovulatorias silenciosas expliquen por qué tantas mujeres que no toman métodos anticonceptivos hormonales informaron haber tenido períodos menstruales tempranos o inesperados en los días posteriores a la vacunación contra el Covid-19”.

Prior y sus compañeros realizaron una comparación de dos estudios independientes con un diseño similar con 13 años de diferencia: el Estudio de ovulación y menstruación (MOS), llevado a cabo entre 2006 y 2008 en un grupo de 301 mujeres, y MOS2, que estudió a 112 mujeres durante la pandemia. Ambos trabajos incluyeron mujeres menstruantes de 19 a 35 años de edad, que no tomaban anticonceptivos hormonales sistémicos o combinados.

El primer MOS se utilizó como control para compararlo con las experiencias de la cohorte MOS2 durante la pandemia. Todos los participantes en ambos estudios respondieron un cuestionario integral de salud, reproducción y estilo de vida y se les pidió que mantuvieran un diario de sus ciclos menstruales y experiencias de vida en general. Respecto a MOS2, para documentar la ovulación utilizaron la toma de la temperatura basal cuantitativa. Posteriormente, los investigadores confirmaron las características hormonales de MOS2 empleando para ello los niveles de progesterona salival. Para la cohorte MOS, los expertos evaluaron la ovulación mediante la medición de los niveles de progesterona en orina.

Alteraciones ovulatorias, pero no reproductivas

El resultado reflejó que prácticamente dos de cada tres mujeres que habían participado en el estudio no ovularon con normalidad durante la COVID-19. Así, las mujeres experimentaron fases lúteas cortas, en las que se liberó un óvulo sin tiempo suficiente desde la ovulación para que ocurriera el embarazo, o anovulación, lo que significa que no se liberó ningún óvulo.

En comparación, el estudio de MOS encontró que solo el 10% de las mujeres experimentarontrastornos de la ovulación. Los estudios MOS2 y MOS mostraron pesos corporales, valores de índice de masa corporal y ciclos menstruales y longitudes de flujo similares. Por lo tanto, las mujeres en MOS2 no experimentaron signos evidentes de alteración reproductiva.

Los análisis de Menstrual Cycle Diary© para MOS2 mostraron ciertas alteraciones emocionales y físicas negativas, desde un aumento significativo de la ansiedad, la depresión, la frustración o el estrés externo percibido, a dificultades para dormir o dolores de cabeza, en comparación con MOS.

 “Al comparar los dos estudios, y especialmente sus diarios, podemos inferir que las interrupciones de la vida pandémicas del SARS-CoV2 causan trastornos ovulatorios silenciosos dentro de los ciclos menstruales en su mayoría regulares, lo que proporciona un experimento único de la naturaleza”, concluyó Prior, informa WebConsultas.

Cactus24 (15-06-2022)

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