Mientras a su alrededor hay miles de personas contagiadas a diario, ellos ya atravesaron las tres olas del Covid-19 sin haberse infectado. Incluso, cuando muy cerca suyo hubo casos positivos, ellos no presentaron síntomas. Cuando se les pregunta la clave de haber transitado la pandemia sin contagiarse, algunos dudan y creen que fue mera suerte. O que la genética les jugó a favor.
Otros, están convencidos de que llegaron a esta instancia gracias a su compromiso indeclinable con el uso del barbijo en todo momento y del alcohol en gel, justo cuando la mayoría fue relajando las medidas de autocuidado.
Sin embargo, no son tan pocas las personas que, al menos hasta ahora, no tuvieron contacto con el virus. O que no lo saben. En Argentina, por ejemplo, según las últimas estadísticas del Ministerio de Salud, 8.207.752 personas cursaron la enfermedad desde que comenzó la pandemia. Esto significa que cerca de 20% de la población, estimada en 45,4 millones de habitantes, se infectó. Claro que ese número necesita de correcciones: varios de esos casos corresponden a personas que volvieron a contagiarse, reseñó La Nación.
También habría que sumar a los que no se testearon y que asumieron que estaban contagiados por tener síntomas y ser contacto estrecho, sin haberlo informado al sistema de salud. Y por otro lado, también hay que calcular los asintomáticos, que según los especialistas hay que multiplicar por cuatro el número de los que presentan síntomas.
La pregunta de por qué hay personas que no se infectaron, ni siquiera durante la última y más contagiosa ola, es un misterio que todavía no lograron descifrar los científicos. Una investigación publicada en la revista Nature intenta explicarlo. Según este estudio, realizado por La Charité – Universitätsmedizin de Berlín, algunas de las personas que atravesaron la enfermedad tenían células T en su sangre, que eran reactivas al virus. Paralelamente, otras que no se habían contagiado, de todas formas tenían una alta proporción de estas células, probablemente desarrolladas como respuesta inmunológica a otra infección, se cree que a otros tipos de coronavirus, contraída previamente a la pandemia.
“La teoría de las células T es una posible explicación, pero todavía no es concluyente. Hay otros factores también. El coronavirus tiene alta transmisibilidad, pero no tan alta contagiosidad como el sarampión. Si uno está en contacto con una persona con sarampión y no está vacunada tiene 90 % de chances de contagiarse. Pero con el covid es de 40 %. Por eso, es frecuente que dentro de una misma familia no se contagien todos. Además, también puede ser que algunos de ellos se hayan contagiado previamente y hayan sido asintomáticos, y que, por eso, no se contagien con el resto de la familia. Hay muchas variables”, explica López.
Obieta completa: “Existe memoria celular y aquellos expuestos a otros coronavirus pueden haber activado un mecanismo que no permite el ingreso de este virus. Todavía se está estudiando”.
Por otra parte, los especialistas consultados están convencidos de que el uso del tapabocas, la distancia social y la higiene de manos fueron factores decisivos a la hora de evitar el contagio. “La mayoría de la población los fue abandonando. Pero el tapabocas disminuye 50 % el riesgo de contagio, y la distancia social, otro 25 %. Esa puede ser la explicación de por qué no se contagiaron”, argumenta López.
Sin embargo, la desinfección de superficies y de mercadería está demostrado que no influye como se creía. “Hay personas sumamente cuidadosas, que de esa forma lograron reducir enormemente el riesgo. Pero también es cierto que alcanza un instante de relajarse y sacarse el tapabocas para contagiarse”, indica Obieta.
“Debe ser la genética”
“Nosotros venimos zafando”, dice Natali Pastorino Alarcón, madre de Bautista, de 12 años, Isabella, de 11, y Martina, de 9
“Nos cuidamos, pero también hacemos vida normal. Debe ser la genética, no sé, porque dentro de nuestra familia tenemos varios hermanos y cuñados que no se contagiaron. Al principio desinfectábamos todo. Mucho lavado de manos, pero tampoco nos privamos de nada. En noviembre, nos fuimos a la costa. Tratamos de no hacernos la cabeza. Nos juntamos con familia y amigos para las Fiestas, sin que fueran eventos multitudinarios. No tuvimos inconvenientes”, señala.
Daniel, su esposo, trabaja en una fábrica y al ser personal esencial, nunca dejó de ir de forma presencial. Pero, incluso siendo contacto estrecho varias veces, tuvo que hisoparse y siempre dio negativo. “Hace poco mi mamá dio positivo y habíamos estado con ella el día anterior y no nos contagiamos. Pero hacemos vida normal, los chicos van al colegio, viajamos en colectivo, trabajamos todo el tiempo, seguimos yendo al médico y gracias a Dios nunca nos pasó nada. Esperemos llegar al final de todo esto”, concluye.
Cactus24 (09-05-2022)