El suelo de Roma sigue revelando sorpresas, la última una de las piedras que marcaban los límites sagrados de la capital del Imperio, un hallazgo sin precedentes en más de un siglo y que da nueva información sobre el desarrollo de la urbe en el tiempo.
Esta piedra o hito («cippus», en latín), datada en el año 49 o 50 d.C, fue encontrada en su lugar original, mientras se excava en la actualidad en los aledaños del Mausoleo del primer emperador, Augusto, en el corazón de la ciudad y que acaba de ser reabierto.
La pieza delimitaba el conocido como «pomerium», un franja de terreno que separaba la ciudad de Roma y el exterior a lo largo de sus murallas y que los emperadores ampliaron en función de sus conquistas y de la expansión de las fronteras imperiales.
En este espacio consagrado regía una jurisdicción especial y, por ejemplo, estaba prohibido arar y cultivar, vivir, construir edificios y, muy importante, atravesarlo armado o al frente de un ejército.
En concreto, el nuevo «cippus» hallado fue erigido por el emperador Claudio hace dos milenios, en cuyo mandato Roma se anexionó numerosas provincias como Britania, Mauritania o Tracia, la actual Bulgaria.
El bloque de travertino conserva todavía algunas líneas de la inscripción original, que recuerda a Claudio con todos sus títulos y le atribuye la autoridad para modificar el límite de Roma.
A lo largo de los siglos solo se han encontrado otros diez hitos de época claudia, el último en 1909, hace más de cien años, y «solo tres se hallaron en su lugar original y ninguno tan bien conservado».
De acuerdo a El Universal, el nuevo «cippus» se conservará en la sala Paladino del vecino museo del Ara Pacis, el mítico altar con el que Augusto conmemoró la pacificación de Roma y donde hoy tuvo lugar su presentación. Después será trasladado al interior del mausoleo de Augusto, cuando concluya su rehabilitación.
CACTUS24 19-07-21