Tucacas| «El que se fue a Sevilla, perdió su silla», la regla de discordia entre invasores de la «urbanización Los Muerticos»

«La urbanización de los Muerticos», así comienzan a referirse algunos al terreno que hace tres semanas invadieron cerca de 15 familias en Altos de Nueva Tucacas, municipio Silva, detrás de las residencias del pescador y cerca de la delegación municipal del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).

El funesto nombre se debe a que hace poco más de una década en ese terreno asesinaron y quemaron a un pescador al que le habían robado el motor de su lancha, y más recientemente, que asesinaron a Julieth del Valle Hernández Castillo, la administradora del Hospital Doctor Lino Arévalo, hallada el 11 de abril.

Además de estos dos muertos, el terreno ha sido usado por consumidores de drogas y para otros implicados en el desvalijamiento de motos, por lo que ha sido inspeccionado varias veces por cuerpos policiales.

La invasión de cualquier propiedad es una acción ilícita muy cuestionada; no obstante, el hecho de 15 familias que buscan un techo propio ambicionen algún proyecto habitacional en este terreno baldío cuyos dueños nadie conoce, parece no generar discordia como si, la dinámica que ha generado la ocupación y la condición que se le estaría imponiendo a las familias de permanecer en el mismo para no perder su parcela por abandono.

Las familias o personas aparentemente tienen que pernoctar a la intemperie en cada parcela desde las 8:00 de la noche hasta las 6:00 de mañana, lapso en el cual se pasa una especie de lista y parte, o asistencia.

El que acumule seis inasistencias, incluida otra revisión que se hace en horas del mediodía, corre el riesgo de ser excluido y que la parcela se otorgue a otras familias, decisión que estaría a discreción de quienes se definen como líderes, entre ellos un pescador.

Sin alumbrado público y alguna comodidad, algunas personas que hacen vigilia en el terreno aparentemente pasan las noches sentados en sillas, jugando dominó o de pie, fomentando tertulias y a veces cayendo en discusiones con tono elevado, situación que molesta a integrantes de una iglesia cercana que asisten a sus actividades.

Quienes exponen la situación que se presenta en este terreno baldío de Altos de Nueva Tucacas sugieren a quienes encabezan la invasión, tomar control para evitar que esos pocos que fomentan tertulias de noche, no afecten el entorno ni a residentes cercanos generando un problema de convivencia.

También sugieren dejar de exigir a las familias pernoctar de noche en este terreno por ser un lugar de alto riesgo que deja expuestas y en condiciones de vulnerabilidad a las personas que tienen otros asuntos que atender.

Cactus24 (05-05-2024)

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