sábado, abril 27, 2024
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Sacerdote enfrentó a delincuente que intentaba robar la iglesia: «Le partí una silla en la cabeza»

Un sacerdote de la iglesia se enfrentó a un delincuente que intentaba robar la casa parroquial ubicada en la provincia de Salta – Argentina.

El hecho ocurrió cuando el sacerdote llamado Juan Eduardo Jotayan descubrió que un joven de aproximadamente 25 años de edad había ingresado a la iglesia en la madrugada para intentar robar.

“Estaba en mi dormitorio casi dormido mirando las noticias, en un momento sentí un ruido en la puerta de la entrada. Me levanté de inmediato porque es la cuarta vez que me entran a robar y uno ya vive alarmado”, confesó el sacerdote acerca de la inseguridad que viven en la zona.

“Prendí de golpe la luz y me encontré con un tipo en la casa. Él ya había roto las rejas y la madera”, relató Jotayan sobre la secuencia previa a la pelea.

“Nos agarramos a las trompadas limpias, fue una cosa tremenda”, aseguró el sacerdote quien también narró que el ladrón logró pegarle en varias oportunidades en las costillas y el rostro.

“Le partí una silla en la espalda pero él se equilibró para no caerse”.“Así que saqué otra y se la partí en la cabeza”, agregó.

Las dos sillas quedaron destrozadas producto de la fuerza que utilizó para golpear al joven delincuente.

Pero la secuencia del enfrentamiento no terminó allí: “Aproveché para salir corriendo a la habitación y buscar un rifle de aire comprimido que era de mi hermano militar y que ya falleció”.

Jotayan apuntó el arma contra el ladrón y lo amenazó: “Si no te vas de acá, te perforo la cabeza a tiros”.

“Él estaba paralizado y también tratando de normalizarse después del ataque con las sillas”. “Todavía no puedo creer la barbaridad que le dije”, reconoció el sacerdote.

La situación hizo que el joven se escapara del lugar sin poder llevarse nada. “Salió corriendo por las escaleras. Luego salió por la cancha y huyó”, relató añadiendo que iba por detrás de él para cerciorarse de que realmente se había ido del predio de la iglesia.

Después de tal escena, el sacerdote agradeció que los golpes no le fisuraron las costillas, aunque tuvo muchos dolores musculares. También manifestó que no recuerda si se durmió o se desmayó pero reveló que un médico lo revisó y le colocó una serie de inyecciones.

Cuando Jotayan logró recuperarse, denunció el hecho en la comisaría.

CACTUS24 (31-07-23)

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