viernes, abril 19, 2024
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Complejo de inferioridad, ¿cómo lo puedo afrontar?

Hay personas que se sienten inferiores cuando se relacionan con su entorno, con sus amigos, su familia o sus compañeros de trabajo. Pueden llegar a tener lo que se denomina en psicología complejo de inferioridad.

“Es un conjunto de emociones desagradables o heridas emocionales que puede sentir una persona asociadas a su identidad a la hora de vincularse con otros. Se siente así una percepción alterada de sí misma, que puede producir malestar elevado asociado a diferentes áreas de la vida, laboral, afectiva, familiar, de pareja».

Signos de alarma

¿Qué señales nos alertan de que podemos estar experimentando este complejo?

Como mencionábamos anteriormente, este es un malestar que se puede activar en diferentes áreas de nuestra vida por tener carácter vincular, probablemente en las que nos tengamos que relacionar con otras personas.

*Malestar asociado a una relación laboral con un igual o un superior.
*Sensación de desequilibrio en la relación de pareja.
*Comparaciones constantes con otras personas.
*Sensación de no ser merecedor/a de cariño en un vínculo.
*Sensación injustificada de deuda con otras personas.
*Búsqueda de aprobación constante.

Algo curioso, a la par que paradójico, es que este complejo también puede experimentarse a través de la necesidad repetida de quedar por encima de los demás o de hacer sentir malestar a otros, para aliviar o no entrar en contacto, con la herida de inferioridad.

¿Hay personas más propensas a padecer este tipo de complejo?
Los seres humanos, al desarrollarnos desde la infancia a través de un vínculo con nuestros cuidadores, tenemos cierta vulnerabilidad a desarrollar este complejo. Lo que va a influir en el hecho de que aparezca, es la calidad del cuidado recibido en los primeros años de vida.

¿Cuáles serían estas condiciones que determinan la calidad del cuidado? Fomentar una sensación de valía incondicional en los niños y las niñas, practicar la puesta de límites desde la seguridad y el amor, permitir la exploración, acoger el sufrimiento, validar las emociones, experiencias y aceptar la identidad que se va construyendo.

¿Una vez identificado, qué alternativas tenemos para tratarlo?
La alternativa más eficaz para abordar este complejo es la terapia psicológica.

En el proceso terapéutico se establece el vínculo entre terapeuta y paciente, relación a través de la que se pueden sanar heridas emocionales. “Por otro lado, llevar a cabo un proceso psicoterapéutico requiere de un compromiso tanto temporal como económico, que desgraciadamente no todo el mundo puede permitirse. Si fuera este tu caso, te animaría a intentar cuestionar los mensajes que te hacen dudar de tu valía y te hacen sentir inferioridad respecto a otras personas”, nos dice.

¿Se puede llegar a superar? “Rotundamente sí. La sensación de falta de valía es algo que los profesionales de la salud mental acompañamos de manera frecuente en consulta, es bastante común que esté debajo de otro tipo de problemáticas o malestares. Y podemos decir que muchas personas logran sanarlo con compromiso y paciencia”.

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