A los ojos del mundo, el niño de Las Sábilas era solo un niño, inocente, ingenuo e indefenso. A los ojos de la abuela, dos tías, otra mujer, los padres y quién graba con celular la violación, sadismo, tortura e intento de infanticidio, no era más que un objeto, un actor secundario y víctima, a través del cual obtenían dinero.
Tales hechos ocurrieron hace poco más de dos años y aunque permanecían ocultos para los venezolanos, para al resto del mundo de seguro ya habían sido mercantilizados por redes de pedofilia y vistos por consumidores de este tipo de material. No sería descabellado imaginar que el dinero con el cual emigraron de Venezuela los pedófilos, haya sido producto de la venta de este material.
Para quienes preguntan sobre el paradero del niño, el mismo también migró y estaría en Colombia, en tanto reportes extraoficiales indican que los padres estaban al tanto del uso que le daban a su hijo para «fines sexuales, eróticos, sadomasoquistas» a cambio de dinero, la raíz de todos los males como dice la Biblia.
Los reportes más recientes indican que los cuerpos policiales sabrían ya el nombre de al menos dos cuentas o redes a las vendían los videos. En el curso de la investigación también quedó demostrado que en el entramado o red de pedofilia están familiares directos, adultos y adolescentes, algunos implicados de forma directa, otros por omisión incluido una oficial recién graduada de la policía de Lara y no hizo nada. Otros terminaron implicados por prestar sus cuentas bancarias para recibir el dinero que cancelaban las redes internacionales de pedofilia.
En lo que respecta a las tres mujeres detenidas recientemente en Las Sábilas, una de ellas adolescente, la DIP de la Policía Nacional Bolivariana incautó tres celulares, un par de guantes de boxeo y dos caretas protectoras. Las investigaciones continúan y no se descartan más detenciones.
Foto| @diplaracpnb
Cactus24//24-11-2022
