Cincuenta y cuatro países, entre los que se encuentran más de la mitad de los Estados más pobres y especialmente vulnerables al cambio climático, necesitan urgentemente que se alivie su deuda, o podrían caer en una crisis aún más grave, advirtió la ONU este martes.
Pero, a pesar de los reiterados llamados a actuar, «podría decirse que hasta ahora no se ha hecho casi nada», denunció Achim Steiner, jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
«Y, sin embargo, la crisis se intensifica y podría transformarse en una crisis duradera del desarrollo para decenas de países», alertó durante la publicación de un informe sobre el tema, aparecido justo antes de las reuniones que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el G20 de Finanzas mantendrán en Washington este otoño.
Según los datos disponibles, 46 de los 54 Estados retenidos por el PNUD tenían una deuda pública total de 782.000 millones de dólares en 2020. Si se excluyen los tres pesos pesados de la lista, Argentina, Ucrania y Venezuela, la deuda cae a 552.000 millones de dólares.
Y la situación empeora rápidamente, pues 19 países de la lista están quedando de facto excluidos del mercado, por ser considerados demasiado riesgosos. Son diez más que los que había a principios de año en esta situación.
Los países de los que habla el informe, empobrecidos, se están viendo confrontados a una serie de fenómenos económicos que les impiden reembolsar la deuda o acceder a ese tipo de financiación.
«Las condiciones del mercado cambian rápidamente porque la volatilidad en todo el mundo está alimentada por una contracción presupuestaria y monetaria combinada con un crecimiento débil», subraya el PNUD.
Una deuda mayor de lo que parece
Una crisis que se acentúa porque el mecanismo de reembolso de la deuda puesto en marcha durante la pandemia de covid-19 ya expiró y porque el nuevo sistema creado por el G20 (el Marco Común para los tratamientos de la deuda) es extremadamente lento.
Entretanto, la deuda no ha dejado de aumentar durante la última década, y seguramente más de lo que se desprende de las cifras oficiales. China juega un papel muy activo en ese sector.
En un tercio de todos los países en desarrollo, la deuda ha sido clasificada como «riesgo sustancial, extremadamente especulativa o en ‘default'» por las agencias de calificación, apostilló George Gray Molina, economista jefe del PNUD.
Los países más amenazados son Sri Lanka, Pakistán y Túnez, además de Chad o Zambia, indicó el experto.
Por su parte, los poseedores de esas obligaciones están asistiendo a una caída brutal de entre el 40% y el 60% de su valor.
En cambio, «cuando las obligaciones de los países emergentes se negocian a 40 centavos por un 1 dólar, los acreedores privados se muestran súbitamente menos reacios a negociar», apuntó Molina. Según él, los acreedores privados son el principal obstáculo para una necesaria reestructuración.
Renegociar la deuda
Molina señaló que la idea es «ir a la mesa de negociación, donde se puede aceptar perder 15, 20 o 30 centavos por dólar» invertido.
«¿Pero cómo se puede lograr un acuerdo? ¿Cómo se les puede garantizar a los acreedores que serán reembolsados? Ahí es donde intervienen las garantías financieras de algunas de las mayores economías del mundo», insistió el economista, destacando que es precisamente eso lo que más falta actualmente.
Achim Steiner, que ha denunciado esta crisis de la deuda en varias ocasiones, admitió no obstante que «el periodo político actual [es] extremadamente difícil» y que la situación «económica y financiera [es] muy volátil».
La comunidad internacional debería, según él, reconocer que «prevenir es mejor que curar y, por supuesto, mucho mucho más barato que tener que lidiar con una recesión mundial».
Cactus24 11-10-22