No es una novedad. Son 9 años esperando que el Estado venezolano cumpla con su deber de reparar el colector de aguas residuales.
Los ciudadanos de las calles 1, 2,3 y 4 del sector Sabana Larga de La Vela, municipio Colina, han consignado documentos ante la hidrológica, alcaldía y gobernación; han desarrollado estudios técnicos asesorados por ingenieros de la comunidad, han protestado y visibilizado el colapso de las alcantarillas en una comunidad con más de 500 familias. El silencio gubernamental ha sido la respuesta.
Esta situación obligó a los habitantes a crear un sistema africanizado para evacuar las heces.
El tubo que apena, pero es una necesidad
Se trata de un tubo de cuatro pulgadas que forma parte del sistema de aguas negras. Los habitantes que han decidido optar por esta modalidad, hacen sus necesidades en un recipiente y después lo depositan en el tubo hasta que los residuos bajan poco a poco. El tubo está ubicado afuera de las viviendas.
“Las pocetas no bajan, nos vimos obligados a inventar este sistema, no es lo ideal hacer esto, no es justo vivir así, pero hay que solventar”, dice apenada una exintegrante de la mesa técnica de agua conformada por Hidrofalcón.
Tres mujeres residentes de esta comunidad fueron consultadas por el equipo de Cactus24. Viven en una comunidad inundada de aguas negras. El asfalto poco a poco va desapareciendo, mientras la basura, el monte verde y los huecos viales aumentan. Algunas calles ya son intransitables.
Las femeninas, cuentan que ingieren alimentos en el patio de sus hogares, lo más alejado del mal olor de las alcantarillas para evitar vómitos.
Al principio de la crisis se enfermaron y presentaron síntomas como mareos y vómitos. En ocasiones y con el pasar de los años, menores de edad presentaron repentinamente dolores estomacales, picaduras en la piel y comezón. “Ya estamos inmunes”, dicen.
Sobrevivir entre malos olores
Los hombres de la comunidad han creado zanjas en el frente de algunos hogares para que las aguas circulen con mayor rapidez y no se empoce.
“De tres baños que tengo en mi casa, solo usamos uno, pero cuando llega el agua se me inunda el porche porque colapsan las alcantarillas”, declara Yinexti Hidalgo, residente desde hace 23 años.
Arrojar las heces hacia los terrenos baldíos es una opción para Hidalgo. “Yo a veces me abstengo de echar mis heces al monte por respeto a los vecinos”, añade Hidalgo.
El almacenamiento de aguas servidas amenaza con contaminar las zonas adyacentes al ambulatorio y las instituciones educativas.
Solución
La comunidad culpa a la alcaldía de Colina por dañar un tubo luego de una jornada de mantenimiento y reparación en la urbanización Villa del Mar donde vivió el exalcalde, José Eduardo Martínez hace 9 años. Exigen que sea sustituido el tubo de aguas servidas que conecta con el sector Sabana Larga para que el sistema vuelva a su funcionamiento normal.
“Les destaparon a ellos, pero obstruyeron el nuestro, nuestro tubo apenas está a dos metros de profundidad”, comentan.
Cuestionan a la hidrológica porque solo se han dedicado a solventar las averías en las tuberías de aguas blancas. Sin embargo, la comunidad aporta desde una pala hasta una segueta para que los obreros de azul puedan cumplir con la jornada de reparación y mantenimiento.
Los entrevistados decidieron no darle acceso a nuestro equipo reportero al lugar donde está ubicado el tubo por vergüenza. También comentaron que dejaron la protesta por miedo a ser detenidos.
Redacción Jhonattam Petit- Cactus24 (03/04/2022).