jueves, abril 25, 2024
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La indigestión electoral en cuarentena, por Harold Dávila

La situación política del país es controversial. El gobierno ha planificado unas elecciones a su medida. Ha aumentado el número de diputados a 277, para garantizarse que no habrá mayoría opositora en la próxima asamblea; ha cortado a los grandes  partidos de oposición en dos mitades con decisiones groseras del  TSJ, ayer fue COPEI, que poco o nada ha hecho por restablecer la unidad que el pueblo copeyano y venezolano necesita y exige, hoy es AD, PJ, VP, NT, partidos que en el momento que COPEI recibía la trapera puñalada, miraron hacia otro lado sin importarle nada la circunstancias.

Además de esa artera jugada política dictatorial, han acentuado y afilado sus grotescas pezuñas designando un CNE ajustado a sus pretensiones y que como primera medida complaciente, ha emitido y establecido un cronograma electoral en medio de una Pandemia que tiene asustados y sometidos a los venezolanos, que no terminan de entender los esquemas de cuarentena impuestos de acuerdo a la situación  social y a intereses politiqueros que puedan darse. Quieren las postulaciones y han comenzado una campaña enorme a lo largo y ancho del país, con sus estrategias manipuladoras y horriblemente inhumanas, con las bolsas y cajas CLAP, el Carnet de la Patria, las milicias, que se convirtieron en una fuerza electoral indudable, con las FANB prestas a un Plan República que en boca de Padrino López la oposición no volverá nunca al poder porque para eso están ellos para impedirlo.

El CNE de Maduro ha llamado a elecciones en Cuarentena, imagínense como será una campaña opositora. La de ellos ha comenzado y violentado toda norma establecida en cuarentena andan en cambotes visitando casa por casa, abrazando gente y como saben que hay hambre andan con una bolsa, un pollo o una sardina en la mano.

Mientras la oposición dividida hasta el tuétano retoma consignas que invitan al voto tal cual se hacían hace 20 o 30 años cuando en democracia verdadera asistíamos a ejercicios electorales equilibrados, sin ventajismo y con un árbitro verdaderamente neutral, ahora no puede usarse ese lenguaje, todo está secuestrado y las ansias de poder de opositores que no han entendido que la política en dictadura no tiene fuerza,  emergen investidos de frases fatuas y de falsas esperanzas, que saben no aclaran ni inducirán al cambio y al despertar que queremos.

Por el otro lado hay un esfuerzo político internacional que hasta ahora ha dado resultados pero que no se concretará mientras mantengamos la fauna política venezolana con los dientes afuera y baboseando al pueblo.

Es una dicotomía interesante. Es un enredo rimbombante. ¡Qué podemos hacer los de abajo, los que vivimos el día a día sobreviviendo y más conscientes que nunca, que el causante de los males está vivito y coleando, sostenido por las bayonetas y por los intereses de países con tradiciones, religiones y costumbres diferentes a las nuestras? Ay mi Venezuela, mi patria desgarrada.

Por Dr. Harold F Dávila G

CACTUS24 17-07-20

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