La terraza del Bar Baviera, en plena Plaza del Castillo de Pamplona, cuenta desde hace unos días con una peculiar camarera, la robot Alexia que, además de servir cañas y cafés sin peligro de contagio de la COVID-19, ofrece información sobre cualquier pregunta o curiosidad de los clientes.
Con 1,60 metros de altura y 80 kilos de peso, la humanoide avanza por una guía magnética instalada en el suelo y está programada para llevar en su bandeja los pedidos a las mesas, aunque la idea no es ocupar un puesto de trabajo sino ofrecer una experiencia divertida y curiosa a los clientes, por ahora solo navarros por la prohibición de viajar entre comunidades, con los que sus promotores están testeando el robot.
Así lo ha explicado a Efe Patxi Larumbe, uno de los responsables de la empresa Cocuus, un laboratorio de investigación en aplicaciones de alta tecnología para la gastronomía y la industria agroalimentaria que trabaja con empresas de catering relacionadas, entre otros, con la Fórmula 1 o la Moto GP, y entre cuyos proyectos anteriores destaca la impresión de publicidad en la espuma de cerveza.
En este caso, Alexia es el primero de los robots de una serie pensada para la asistencia en empresas de catering, que ya estaba ultimada poco antes de la irrupción del coronavirus, cuyo parón por el cierre de estas empresas les ha llevado a «testear» su funcionalidad en su propia ciudad, con la ayuda del bar Baviera, que ha puesto un entorno real para las pruebas.
En este caso, según sus impulsores, su objetivo es «más bien lúdico-festivo y divertido», pues ofrece la posibilidad de vivir la experiencia de ser servido por una humanoide, hacerte una foto con ella y subirla a las redes y «aportar un poco de frescura a esta situación para quitarnos de la cabeza este problema del virus».
Además, Cocuus ha podido comprobar su funcionamiento en un suelo de la calle, fuera del laboratorio, en circunstancias como la lluvia o el posible cruce de viandantes a su paso, lo que ha permitido descubrir y corregir algunos problemas.
Una de sus peculiaridades es que Alexia cuenta con un sistema de identificación del lenguaje natural y está conectada a internet: «El robot llega a tu mesa y, además de dejarte la cerveza, le puedes preguntar dónde juega Osasuna el sábado que viene, pedir que te ponga música, que te cante una canción, que te cuente un chiste o una anécdota del día en el que estamos».
Es un ejemplo del trabajo de esta empresa navarra, que en este momento en el mundo de la robótica desarrolla otras iniciativas, como otra máquina que sirva para desinfectar los aeropuertos por las noches: «Es un robot que tiene visión artificial, que le permite ir sala por sala identificando los lugares donde puede haber virus, por ejemplo manillas de puertas o barandillas o zonas específicas».
Son muestras de un nicho de ideas que ahora se pueden adaptar al freno de la expansión del coronavirus, pero que en general apuestan porque todos los sectores, especialmente el de la hostelería «se suba al carro de la innovación».
«España no puede tener una posición tan débil ante un problema como el que hemos tenido con el virus, y la hostelería tendrá que reaccionar y empezar a innovar. El que innove tendrá más posibilidad de sobrevivir», ha zanjado Larumbe.
Cactus24 04-06-20