El presidente Gustavo Petro suspendió el pasado domingo el cese al fuego que sostenía con la mayor banda narco de Colombia desde el 31 de diciembre por ataques a la población civil.
«He ordenado a la Fuerza Pública reactivar todas las operaciones militares contra el Clan del Golfo. Se suspende el cese bilateral con este grupo al margen de la ley», dijo Petro, en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Según el gobierno, esa organización está detrás de intimidaciones y agresiones contra pobladores en el noroeste del país desde hace más de dos semanas.
«No permitiremos que sigan sembrando zozobra y terror en las comunidades», agregó Petro.
Clan del Golfo culpa de la violencia al ELN
El Clan del Golfo respondió este domingo y alegando que han respetado «cabalmente» dicha tregua y que no están detrás de las «las manifestaciones violentas» que se les atribuyen e insistiendo en su «disposición de paz».
«Pese a las informaciones falsas y mal intencionadas provenientes de sectores que no aceptan la paz total, hemos respetado cabalmente el cese al fuego de operaciones defensivas, no solo desde la fecha de expedición del decreto ya mencionado, sino desde el 7 de agosto de 2022 cuando lo promulgamos de manera unilateral», aseguraron las también llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), en un comunicado.
Sin embargo, las AGC niegan su relación con el mismo y aseguran «que el ELN está detrás del vandalismo generalizado, especialmente en el Bajo Cauca», todo por «perjudicar» su imagen y «combatir fuera del campo de batalla».
«Pretende el gobierno tender otra cortina de humo más para distraer a la opinión pública de los atentados que el ELN continúa haciendo en contra de la fuerza pública en general», aseguró este grupo armado.
Al filo de Año Nuevo, Petro había anunciado una tregua bilateral con el Clan del Golfo, la guerrilla del ELN, disidentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y un grupo paramilitar de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La medida era el primer paso para sentarse a negociar con los principales actores armados ilegales del país, que aún sufre la violencia pese al desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Clan está detrás de mineros ilegales, asegura Bogotá
Sin embargo, el gobierno acusa al Clan del Golfo de estar detrás de manifestaciones de mineros ilegales que desde el 2 de marzo atemorizan a los pobladores del Bajo Cauca, en el departamento de Antioquia.
Luego de la destrucción de la maquinaría que usan para extraer oro ilegal por parte del ejército y la policía, los mineros cerraron vías y atacaron una alcaldía y un banco en el municipio de Caucasia.
Según Petro, el Clan priorizó el lucro que le genera el oro ilegal por encima de los acercamientos de paz. Además, aseguró que aprovechaban el cese al fuego para fortalecer su presencia en las minas ilegales.
Oro ilegal genera tantas ganancias como la droga
La extracción del metal genera casi las mismas ganancias para las organizaciones al margen de la ley que el tráfico de drogas.
De acuerdo con cálculos oficiales, el Clan del Golfo está detrás de entre el 30 y 60% de las exportaciones de droga desde Colombia (equivalente a unas 700 toneladas anuales).
Las guerrillas y los paramilitares aliados con narcos no permiten que se extinga el conflicto armado que vive el mayor productor mundial de cocaína desde hace casi seis décadas.
La suspensión del cese al fuego es uno de los mayores reveses de la «Paz Total», la política con la que el primer mandatario izquierdista de Colombia quiere acabar con el conflicto.
Cactus24 20-03-23