El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó este lunes al mayor grupo del narcotráfico del país de violar la tregua bilateral, anunciada el 31 de diciembre, al patrocinar a mineros ilegales que atacan a la población en el noroeste del país.
Los mineros, que según las autoridades responden a órdenes del Clan del Golfo, destruyeron el domingo el acueducto del municipio de Tarazá e incendiaron un peaje y una ambulancia en la región del Bajo Cauca, en el departamento de Antioquia.
«Afectar el agua potable de una ciudad es poner en riesgo la vida de niños y niñas, de todo ser humano. El clan del golfo con su hostilidad contra la población ha roto el cese al fuego», tuiteó Petro.
Las trabajadores de las minas ilegales protestan desde el 2 de marzo contra la destrucción por parte del ejército y la policía de las dragas con las que extraen oro.
Según el mandatario, quienes alientan el denominado paro minero reciben «dinero del Clan del Golfo para hacer daño y hacer pasar esa violencia como un paro social».
Su versión contradice la del alcalde de Tarazá, Mario Eliécer Sierra, quien manifestó en una radio local que el municipio se quedó sin agua por falta de suministro, pero el acueducto no fue destruido.
Al filo de Año Nuevo, el primer izquierdista en el gobierno de Colombia declaró un cese al fuego bilateral con el Clan del Golfo, la guerrilla del ELN, todas las disidencias de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y paramilitares de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fue el primer paso para sentarse a negociar con todos los grupos irregulares, en el marco de lo que el gobierno llama la política de paz total.
Pero tras el anunció surgieron los problemas: el Ejército de Liberación Nacional (ELN) negó públicamente hacer parte de la tregua y el gobierno ha detectado violaciones por parte de los disidentes de las FARC.
En la emisión de este lunes del programa radial de la presidencia, Petro aseguró que sostendrá una reunión con su equipo de trabajo en las próximas horas para evaluar el futuro del cese bilateral de hostilidades.
«Involución»
El presidente considera que los acercamientos con el Clan del Golfo han sufrido «una involución» y los narcos están aprovechando la tregua para fortalecer sus operaciones en las minas. Parecen «privilegiar más sus negocios», añadió.
Casi a la par que el tráfico de cocaína, los grupos armados en Colombia se lucran con la minería ilegal. La fuerza pública ha destruido desde 2012 más de 2.000 dragas y excavadoras.
El paro minero en Antioquia se mantiene pese a que tres ministros intentan llegar a acuerdos con los manifestantes desde el jueves. La semana pasada el gobierno desplegó tropas que recuperaron el control de algunas vías y se decretó un toque de queda de 12 horas entre el viernes y el sábado en 12 municipios.
Imágenes compartidas por el ministerio de Defensa dan cuenta de la destrucción de bosques para extraer el metal en el Bajo Cauca, en el norte de Antioquia. Según Petro, allí son utilizadas dragas de hasta 5.000 toneladas, que a su vez contaminan el agua con mercurio.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, convocó marchas para este lunes en contra de los mineros y los narcotraficantes en Medellín, la capital del departamento.
El Clan del Golfo es una agrupación heredera del paramilitarismo. Algunos de sus miembros se habían desmovilizado en un proceso de paz de 2006 con el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), que Petro considera un «fracaso».
De acuerdo con cálculos oficiales, la organización está detrás de entre el 30 y 60% de la exportaciones de droga desde Colombia (equivalente a unas 700 toneladas).
Las guerrillas y los paramilitares aliados con narcos nos permiten que se extinga el conflicto armado que vive el mayor productor mundial de cocaína desde hace casi seis décadas.
Cactus24 13-03-23