El mismo día en que un portavoz talibán anunció que se «respetarían los derechos de las mujeres bajo la doctrina islámica», medios de comunicación reportaron el asesinato en la calle de una mujer en Taloqan, provincia de Takhar, por salir con ropa colorida y sin burka.
Reportes indican que la mujer, quien se habría negado a cubrirse el pelo y el rostro con la tradicional burka, fue requerida en la calle por talibanes.
En las imágenes desde Afganistán, que compartió Fox News, se ve el cuerpo de la mujer en el piso, rodeado por sus familiares, lamentando el hecho perpetrado por fuerzas talibanes en dicha ciudad, que además es patrullada por hombres fuertemente armados que van quitando banderas nacionales, pintando de blanco monumentos y borrando imágenes de mujeres de publicidades exteriores, entre otras medidas.
Según se reporta desde Afganistán, pese al anuncio de ‘inclusión’ y de ‘perdón para todos’, así como de ‘respeto por los derechos de las mujeres’ hecho por líderes talibanes, dicho grupo busca afanosamente a activistas y personas que colaboraron con gobiernos y fuerzas extranjeras.
También reprimen fuertemente las protestas que se han venido presentando en ciudades como Jalalabad en donde jóvenes han marchado ondeando la bandera nacional afgana, a lo que los talibanes han respondido con disparos y golpes a periodistas que registran los hechos.
Hoy el futuro de las mujeres en Afganistán es más que nunca incierto: «Es una pesadilla para las mujeres que han estudiado, que piensan en un mañana mejor para ellas y las generaciones futuras», afirmó Aisha Khurram, de 22 años, a ‘AFP’.
El temor radica en que, durante 1996 y 2001, los talibanes en el gobierno impidieron a las mujeres estudiar o trabajar, salir de casa si no iban acompañadas de un miembro masculino de su familia y les obligaron a llevar el burka.
Las flagelaciones y ejecuciones, incluso la lapidación por adulterio, eran prácticas habituales en las plazas y estadios de las ciudades. Sin embargo, la situación, sobre todo en las zonas rurales, no mejoró sustancialmente para las mujeres con la marcha de los talibanes en 2001.
Los talibanes afirmaron en varias ocasiones que respetarían los derechos humanos si regresaban al poder en Afganistán, enfatizando en los de las mujeres, pero de acuerdo con los «valores islámicos».
Las afganas, sin embargo, ven con desconfianza esas promesas, sobre todo aquellas que durante dos décadas pudieron ir a la universidad, ocuparon cargos de responsabilidad, sobre todo en política, en el periodismo e, incluso, en el poder judicial y las fuerzas de seguridad. //AFP
Cactus18-08-2021