Los venezolanos que luchan contra una escasez crónica de combustible están reformando sus vehículos para que funcionen con gas de cocina, a través de improvisadas modificaciones que ingenieros describen como peligrosas y que estuvieron relacionadas con una explosión a principios de este mes.
Venezuela está sufriendo la peor escasez de gasolina en su historia debido a que la red de refinerías apenas funciona y a las sanciones de Estados Unidos que dificultan la importación de combustible.
Los mecánicos y, a veces, los propios conductores renuevan los sistemas de combustible de los vehículos con un cilindro de propano como el que generalmente se usa para las cocinas domésticas, una forma de evitar las monumentales filas en las estaciones de servicio que a veces dejan a las personas esperando varios días para comprar gasolina.
“No hay combustible y tuve que poner mi carro así para poder trabajar”, dijo Senen Aguirre, de 25 años, en la ciudad de Maracaibo, al extremo noroeste del país, donde el uso de cilindros de gas se utiliza comúnmente en el transporte público.
Aguirre, quien alteró su propio motor con equipos que incluían una manguera como las utilizadas para cocinas, dice que el sistema es seguro a pesar de reconocer que el auto huele mucho a gas. Sostiene que le preocupa más tener que pagar a la policía para que no confisque su automóvil porque la reforma es ilegal.
Esta situación es un marcado contraste con la era en que la industria petrolera de Venezuela hizo que el combustible fuera casi gratis.
Los automóviles alimentados con gas natural son comunes en todo el mundo, pero en la mayoría de los casos fueron diseñados originalmente de esa manera por los fabricantes y están sujetos a la regulación gubernamental.
Cactus24 28-05-20