La refinería de Amuay, en el estado Falcón, es una de las más grandes del mundo y tiene una capacidad para refinar 635.000 barriles de crudo diarios.
Las comunidades aledañas a la misma son poblaciones tradicionalmente de pescadores que habitaban estos territorios antes de su instalación, y que han sido desplazadas de los lugares donde originalmente residían.
Ahora decenas de miles de personas viven muy cerca de estas instalaciones, pueblos que han sido absorbidos por la actividad económica de la industria.
A las 12:35 am. del 25 de agosto de 2012 se recibe la primera alerta sobre la fuga de propano en el bloque 23 de almacenamiento del CRP Amuay, lo que provocó que los bomberos de PDVSA actuaran inmediatamente acordonando la zona, cerrando la Avenida Bolívar de Judibana y la Av. Intercomunal Alí Primera.
Exactamente a la 1:07 am. se produce la explosión de los gases acumulados por la fuga que ocasionó una onda expansiva de gran magnitud, trayendo como consecuencia graves daños a las estructuras aledañas y al Destacamento Nº 44 de la Guardia Nacional. Además, las ondas expansivas provocaron pánico en la población cercana, por lo que sus habitantes evacuaron la zona por su cuenta.
Según reporte oficiales la explosión mató entre 47 a 55 personas incluyendo un niño de 10 años de edad e hiriendo más de 130.
La fuga de gas al explotar hizo que se incendiaran al menos tres tanques de almacenamiento y otras instalaciones de la refinería.
Las llamas alcanzaron los 30 metros de altura en la madrugada del 25 de agosto, siendo que 20 horas después estas seguían crepitando, generando un calor abrasador a los habitantes de los barrios ubicados aproximadamente a 300 metros de la refinería.
La explosión afectó más de 3 mil viviendas, siendo que varias familias vieron sus casas completamente destruidas. Un panel de investigadores fue conformado para determinar las causas de la fuga de gas, surgiendo un informe oficial en 2013, así como otros informes alternativos.
La historia publicada por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, señala que la causa del desastre sigue siendo objeto de debate y controversia. Mientras que para el Gobierno nacional la explosión fue causada por un sabotaje impulsado por la oposición venezolana, sectores críticos del mismo y actores independientes han señalado el creciente número de accidentes y derrames más pequeños, como un indicativo de los problemas dentro de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Se trata de uno de los peores desastres de la industria petrolera en la historia de Venezuela y uno de los más mortíferos de este tipo en los últimos años en el mundo.
Cactus24 (25-08-2019)