Varios años, incluso décadas, es lo que han esperado muchas parejas en Taiwán para poder casarse, un tiempo que hoy terminó para una veintena de ellas, las primeras en beneficiarse de la legalización de uniones entre personas del mismo sexo.
Una semana después de que la isla se convirtiera en la primera región de toda Asia en legalizar estos enlaces, varios juzgados taiwaneses han vivido hoy simbólicos momentos con las primeras parejas en unirse.
Según la agencia taiwanesa de noticias CNA, una veintena de parejas acudieron este viernes por la mañana a las oficinas de registro de Taipéi, la capital de la isla, para oficializar su casamiento, justo el día en que entraba en vigor la citada legislación.
Hsiao Hsuan y su ya marido, pareja desde hace doce años, han sido unos de los primeros. Vestidos los dos con traje rosa y pajarita, se mostraban felices ante la prensa, enseñando sus anillos, tras haber dado el anhelado paso.
«Ser gay en Taiwán no ha sido fácil. Me siento afortunado de tener el apoyo de mis amigos, de mi familia y de mi otra mitad», afirmó ante los periodistas Hsiao, quien todavía recuerda la primera ocasión en que enarboló la bandera del orgullo gay en la isla.
Fue durante el desfile del orgullo, uno de los más importantes que este colectivo celebra en Asia. «Ondeé la bandera arco iris con mucho entusiasmo durante el desfile, pero tenía mucho miedo de llevarla de camino a casa», recordó el joven, quien añadió que se sentía «orgulloso» de la nueva normativa.
Taiwán hizo historia el pasado viernes después de que el Parlamento aprobase por amplia mayoría -66 votos a favor y 27 en contra- el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El Legislativo tenía de plazo hasta el 24 de mayo para regularizar la situación de las parejas del mismo sexo, después de que en una histórica sentencia el Tribunal Constitucional de la isla considerase en 2017 que la prohibición del matrimonio homosexual era anticonstitucional.
«Este es un hito con un gran significado, tanto para China (el nombre oficial de Taiwán es República de China) como para Asia entera», contó hoy a Efe el director ejecutivo de la organización Pflag China, Ah Qiang, quien añadió que la nueva ley «sugiere que la sociedad de la cultura confuciana también puede aceptar parejas del mismo sexo».
«Para la comunidad gay, la igualdad matrimonial ha puesto fin a la era del prejuicio y la discriminación, donde los gays eran considerados ciudadanos de segunda clase ahora han ganado la igualdad y la dignidad que merecen», añadió el activista.
Dos de las hoy unidas en matrimonio fueron Yu Ya-ting y Huang Mei-yu, una pareja de lesbianas que se mostraron muy satisfechas de completar lo que definieron como un «proceso legal atrasado», siete años después de que celebraran su primer matrimonio bajo la tradición budista.
«Nuestra primera boda tuvo lugar en 2012 y la de hoy es la segunda. Ahora tenemos no sólo la bendición de los dioses, sino también de nuestros padres y de la sociedad», destacó Huang después de registrarse.
Para Liping Xie alcanzar su sueño ha supuesto también una larga espera: «Realmente, ha sido un tiempo muy largo. Realmente todos lo entienden, todos lo aceptan», apuntaba hoy esta mujer de 56 años que lleva 36 junto con su pareja.
«Iría hasta el infierno con ella», exclamaba, tras formalizar su unión en el registro civil de Banqiao.
Aunque la euforia reinó hoy en los juzgados, en opinión de Ah todavía queda mucho por hacer y falta tiempo para que la ley verdaderamente permee en la sociedad.
«La igualdad de la ley es solo un aspecto, pero la sociedad de Taiwán todavía necesita promover la aceptación y abrazar a la comunidad LGBT de manera más equitativa y amigable», señaló.
En opinión del activista, la nueva situación de Taiwán podría tener «un efecto de demostración positiva en la China continental», donde la homosexualidad se vive todavía como algo mayoritariamente clandestino.
Pese a que la homosexualidad fue despenalizada en China en 1997 y desclasificada como un desorden mental en 2001, todavía muchos chinos ven esta condición sexual como una enfermedad, mientras el Gobierno carece de cualquier tipo de protección a este colectivo que en China está formado por unos 70 millones de personas.
Cactus24 24-05-19