El primer ministro eslovaco, el populista Robert Fico, fue herido tras sufrir un intento de asesinato este miércoles. Tras el intento de magnicidio, Fico fue trasladado en helicóptero en estado muy grave desde Handlová, la ciudad donde se produjo el tiroteo, a Banská Bystrica. “La condición del primer ministro es extremadamente grave y su vida corre peligro”, comunicó el ministro de Interior, Matús Sutaj Estok, en una conferencia pasadas las siete de la tarde desde el hospital donde Fico todavía permanecía en quirófano, sometido a una intervención “muy complicada”.
En su comparecencia, Sutaj Estok calificó esta jornada como “el peor día de la democracia” eslovaca. El atacante, afirmó, “tenía motivaciones políticas”. Y dirigió un llamamiento a rebajar la tensión a los dirigentes, los medios y ciudadanía del país que ya había realizado en su perfil de Facebook: “Nuestra tarea común es dejar de propagar el odio político inmediatamente”. “Todo el mundo debería mirarse al espejo hoy y revisar cómo ha inflamado los problemas. Hay que cambiar”, reclamó en una intervención en la que quedó patente la polarización que vive el país, miembro de la Unión Europea y de la zona euro. Esa llamada a la calma no evitó que el propio ministro se dirigiera a los periodistas presentes para responsabilizarles de lo ocurrido. “Muchos de ustedes fueron los que sembraron este odio”, aseguró.
El agresor efectuó cinco disparos, según detalló el ministro Sutaj Estok, y fue detenido en el lugar del ataque, frente a la Casa de Cultura de Handlová, a unos 200 kilómetros al noreste de Bratislava. Inmediatamente, la policía acordonó la zona y evacuó el centro cultural. Las autoridades identificaron al sospechoso como Juraj Cintula, un escritor de 71 años, miembro de la Asociación de Escritores Eslovacos, del Club Literario Dúha de Levice, su ciudad.
En el pasado, según el diario eslovaco Dennikn, el atacante había trabajado como guardia de seguridad en un centro comercial y poseía el arma de forma legal.