La huelga de hambre protagonizada este sábado por medio centenar de privados de libertad en la Delegación Municipal Tucacas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), es inducida por un penado a 20 años de prisión por el crimen de una adolescente. «No me cuesta nada matar a otro» habría sido la advertencia del pran a la población penitenciaria.
Este mismo penado fue el mismo que provocó un incendio en diciembre del año pasado que afectó a otros 39 privados de libertad.
Este pran llamado Carlos al que consideran un psicópata, estuvo pidiendo su traslado en diciembre y este sábado parece haber retomado su exigencia para lo cual, coacciona a los demás presos a la huelga de hambre como una medida de presión hacia las autoridades para que lo trasladen a la cárcel.
El penado está confinado desde diciembre del 2022 por el rapto y asesinato de una adolescente de 14 años cuyo cadáver abandonó entre matorrales, cerca de los rieles del tren de Pequiven-Riecito, del sector Quilombo de Sanare, parroquia Tucacas del municipio Silva.
Aunque trascendió que la Defensa Pública y representantes del Ministerio Público se activaron tan pronto se supo de la huelga, trascendió que los privados de libertad aprovecharon para exigir celeridad procesal, una vez cese la huelga, no se les imponga el racionamiento de comida toda vez que, al reducirla a una ración, dejan de compartir con otros presos que no reciben alimentos ni visita familiar.
Defensoría del Pueblo, atenta del caso
Familiares de los privados de libertad conversaron vía telefónica con el delegado en Falcón de la Defensoría del Pueblo, doctor Edisoie Sandoval, quien a pesar de encontrarse fuera del estado Falcón por asuntos alusivos a su cargo, estableció enlaces que tratan de poner fin, en buenos términos, el conflicto en este recinto carcelario. Sandoval quedó en visitar está semana la sede policial.
