El jefe de Hamás tiene previsto viajar este miércoles a Egipto para sostener conversaciones sobre un alto el fuego en Gaza, después de que Israel indicara que estaba dispuesto a aceptar una nueva pausa a cambio de la liberación de rehenes.
Tras más de dos meses de guerra y ante la presión internacional, las dos partes parecen estar dispuestas a pactar una segunda tregua. La primera, que duró una semana, condujo a la liberación de 105 rehenes en manos de Hamás y de 240 palestinos detenidos en cárceles israelíes.
El líder del movimiento islamista palestino exiliado en Catar Ismail Haniyeh viajará a Egipto para reunirse con Abbas Kamel, el jefe los servicios de inteligencia de ese país.
Las conversaciones se centrarán en «detener la agresión y la guerra, preparar un acuerdo sobre la liberación de prisioneros (palestinos) y poner fin al asedio impuesto a la Franja de Gaza», señaló a la AFP una fuente de Hamás.
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, declaró el martes que su país está «listo para otra pausa humanitaria y ayuda humanitaria adicional para facilitar la liberación de rehenes».
Israel prometió destruir Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, después de que el movimiento palestino atacara Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.140 personas, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en las últimas cifras oficiales israelíes.
Unas 250 personas fueron tomadas como rehenes en el ataque, 129 de las cuales siguen en Gaza, según las autoridades israelíes.
En el territorio palestino, 19.667 personas, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, murieron por los bombardeos israelíes, según las últimas cifras del Ministerio de Salud de Hamás.
Según el portal de noticias Axios, David Barnea, el jefe del servicio israelí de inteligencia Mosad, se reunió en Europa con el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, y el director de la CIA, Bill Burns, para discutir un posible acuerdo de liberación de rehenes.
Axios reportó también que Israel ofreció detener los combates en Gaza por al menos una semana a cambio de más de una treintena de rehenes en manos de Hamás.
Catar, con apoyo de Egipto y Estados Unidos, ayudó a negociar la tregua de una semana de noviembre.
Negociaciones en la ONU
Las negociaciones también continuarán el miércoles en la ONU. Desde el lunes, el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de adoptar una resolución para acelerar el envío de ayuda humanitaria a Gaza.
La votación se ha aplazado dos veces y los miembros del Consejo buscan la fórmula adecuada para evitar el veto de Estados Unidos, principal aliado de Israel. El texto, que inicialmente pedía un «cese urgente y duradero de las hostilidades» en Gaza, se refiere ahora a una «suspensión» de los combates.
Mientras tanto, Israel sigue bombardeando Gaza. Fuentes de Hamás indicaron el miércoles que al menos 11 personas murieron en bombardeos nocturnos.
Bajo el asedio total de Israel desde el 9 de octubre, el territorio palestino se enfrenta a una profunda crisis humanitaria: la mayoría de sus hospitales están fuera de servicio y el 85% de su población, es decir, 1,9 millones de personas, ha huido de la destrucción en el norte del enclave para refugiarse en el sur.
Según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU publicado el miércoles, la mitad de la población padece hambre extrema o grave.
«Sin el agua potable, los alimentos y el saneamiento que sólo un alto el fuego humanitario puede proporcionar, las muertes de niños por enfermedad podrían superar a las de los muertos en los bombardeos», advirtió el martes un portavoz de Unicef.
Con sus casas en ruinas, muchos gazatíes han tenido que buscar refugio en albergues saturados, donde luchan por encontrar comida, agua y atención médica.
«No sabemos adónde ir. Hoy no hay agua, no hay comida, no hay nada», dijo a la AFP Nizar Chahine, un joven de 15 años desplazado por los combates en Rafah, ciudad del sur donde se hacinan cientos de miles de personas.
Fuerza multinacional en el mar Rojo
El conflicto en Gaza ha desatado también temores de una escalada regional, con escaramuzas fronterizas diarias entre Israel y el movimiento Hezbolá, apoyado por Irán, en el sur de Líbano.
El ejército israelí dijo que atacó el martes posiciones de Hezbolá tras interceptar disparos cerca de la frontera que hirieron a dos reservistas.
La comunidad internacional teme asimismo que el conflicto se extienda al mar Rojo, donde los rebeles hutíes de Yemen, aliados de Hamás, lanzaron en las últimas semanas ataques con drones y misiles contra buques.
Varias de las empresas navieras más importantes del mundo suspendieron el tránsito de sus barcos por este corredor ante las agresiones, lanzadas como represalia por la guerra en Gaza.
El mar Rojo conecta el Mediterráneo con el océano Índico y, por tanto, Europa con Asia. Una gran parte del comercio mundial transita por el estrecho de Bab Al Mandab, donde los hutíes multiplican sus ataques.
Los hutíes, que controlan la capital de Yemen y amplias partes del territorio, afirmaron el martes que continuarán con sus ataques, pese a una coalición internacional anunciada la víspera por Washington, que buscará asegurar esta ruta.
Además de Estados Unidos, la alianza es integrada por Francia, España, Reino Unido, Bahréin, Canadá, Italia, Países Bajos, Noruega y las islas Seychelles.
Cactus24 20-12-23