Una mujer de 59 años que reside en la comuna de Concón, en la región de Valparaíso se convirtió en el primer caso documentado en Chile del hongo Sporothrix brasiliensis.
Según informó el Centro de Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Infecciosas (CDIEI) de la Universidad de Valparaíso, ella contrajo el virus a través de su gato doméstico.
El portal La Tercera reseña que debido a serias complicaciones que el hongo causó en el gato, los veterinarios debieron aplicarle eutanasia.
Aunque por ahora se trata de un caso aislado, los especialistas de este centro no descartan que pueda haber más gente infectada.
Este hongo produce esporotricosis, una infección que se caracteriza por afectar la piel, y en algunos casos, especialmente en personas o animales inmunosuprimidos, puede llegar a manifestarse como una enfermedad osteoarticular, conjuntival respiratoria o neurológica.
En pacientes felinos sin tratamiento, los signos clínicos se van intensificando. Las lesiones se extienden por todo el cuerpo, pueden destruir el tabique nasal, afectar el sistema respiratorio y los nódulos linfáticos. Los felinos pierden peso en forma acentuada, se decaen, pudiendo incluso morir.
En seres humanos, el hongo Sporothrix brasiliensis genera síntomas similares en la piel, manifestándose con mayor gravedad en personas inmunosuprimidas, pudiendo invadir el sistema linfático y afectar los ojos, la nariz e incluso los pulmones.
Tanto en personas como en animales, las infecciones producidas por este hongo pueden ser tratadas con medicamentos antimicóticos. La terapia debe extenderse por al menos cuatro meses y en algunos casos puede que no se logre una buena respuesta. De hecho, existen antecedentes de pacientes que se han recuperado y vuelto a enfermar.
Felinos: agentes portadores
S. brasiliensis vive en suelos y materia orgánica y desde allí, puede ingresar a la piel a través de cortes, raspaduras o pinchazos; por lo mismo, en seres humanos son las manos y los brazos las áreas del cuerpo más afectadas.
Los felinos pueden portar grandes cantidades de S. brasiliensis en sus garras, de fácil transmisión a otros gatos, perros y humanos mediante un rasguño. También se ha demostrado que los felinos con lesiones producidas por este hongo pueden transmitirlo mediante mordeduras, secreciones nasales, oculares o estornudos. Otras especies de Sporothrix raramente se propagan a través del contacto con animales.
CACTUS24 28-08-23
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