Estados Unidos anunció el viernes que completó la destrucción de sus últimas reservas de armas químicas, un importante hito a escala mundial que marca que ningún estado cuenta con arsenales declarados de este tipo.
«Durante más de 30 años, Estados Unidos ha trabajado incansablemente para eliminar su inventario de armas químicas. Hoy me enorgullece anunciar que Estados Unidos ha destruido de manera segura la última munición de esa reserva, lo que nos acerca un paso más a un mundo libre de los horrores de las armas químicas», dijo el presidente Joe Biden en un comunicado.
Justo después del anuncio de Estados Unidos, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmó que todos los arsenales declarados de armas químicas en el mundo habían sido «irreversiblemente destruidos».
«El fin de la destrucción de todas las existencias de armas químicas declaradas es una etapa importante», señaló Fernando Arias, el jefe de la OPAQ, en un comunicado.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, había anunciado este viernes que el depósito «Blue Grass», una instalación militar en el estado de Kentucky (centro este), recientemente terminó de deshacerse de unas 500 toneladas de agentes químicos letales luego de una misión que duró cuatro años.
Estas reservas eran las últimas en poder de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que por décadas almacenó proyectiles de artillería y cohetes que contenían gas mostaza, así como agentes nerviosos y vesicantes extremadamente tóxicos como VX y sarín.
Promesa cumplida
En mayo de este año, la OPAQ había señalado que solo Estados Unidos faltaba por terminar de destruir sus reservas, y agregó que bajo supervisión del organismo se eliminaron más de «70.000 toneladas de los venenos más peligrosos del mundo».
Armas como estas fueron ampliamente condenadas luego de su uso con terribles resultados en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, muchos países las guardaron y desarrollaron más en los años siguientes.
La Convención sobre Armas Químicas, que se acordó en 1993 y entró en vigencia en 1997, le dio a Estados Unidos hasta septiembre de este año para destruir toda su munición con agentes químicos.
Según la Asociación para el Control de Armas de Estados Unidos, en 1990 el país almacenaba cerca de 28.600 toneladas de armas químicas, el segundo inventario más grande del mundo después de Rusia.
Con el declive de la Guerra Fría las superpotencias y otros países se unieron para negociar la Convención sobre las Armas Químicas.
«Una mancha indeleble»
Eliminar el inventario, en todo caso, es doblemente peligroso porque implica neutralizar no solo los agentes químicos sino contener el poder de las municiones que los contienen. A ello se debe que el desarme sea un proceso tan lento.
Rusia concluyó la destrucción de su arsenal declarado en 2017. En abril de 2022, Estados Unidos estaba a menos de 600 toneladas de la meta cero.
«Aunque el uso de estas armas letales será para siempre una mancha indeleble en la historia, nuestra nación finalmente ha cumplido su promesa de librarnos de este flagelo», dijo McConnell en un comunicado.
En su declaración, el presidente Biden también instó al resto del mundo a firmar la Convención de 1997 para que «la prohibición global de las armas químicas alcance todo su potencial».
«Rusia y Siria deben cumplir una vez más con la Convención y reconocer sus programas no declarados, que han sido utilizados para cometer atrocidades y atentados infames», reclamó el presidente estadounidense.
Cactus24 10-07-23