Una huelga de un alcance poco común para Alemania comenzó este lunes a paralizar todo el sector nacional del transporte, en medio de un reclamo sindical de aumentos de salarios frente a la inflación. Además de los servicios ferroviarios, casi todos los aeropuertos, vías fluviales, autopistas y transporte público local están afectados en siete de los 16 estados del país. «Un conflicto social que no tiene repercusiones es un conflicto social inofensivo», afirmó Frank Werneke, presidente del sindicato Ver.di.
El operador ferroviario alemán Deutsche Bahn criticó la medida, lamentando que está afectando a millones de personas. «Millones de pasajeros que dependen de autobuses y trenes están sufriendo esta huelga excesiva y exagerada», dijo un portavoz de la compañía. «No todo el mundo puede trabajar de forma remota». Las miles de empresas que reciben o envían sus mercancías por ferrocarril también se verán afectadas, dijo. «Los ganadores del día son las compañías petroleras», añadió.
El operador suspendió todo el tráfico de larga distancia y gran parte de los servicios ferroviarios regionales y de cercanías debido a la huelga convocada por los sindicatos Ver.di y EVG. «Es posible que podamos volver a operar el transporte regional durante el transcurso del día», confió el vocero. «Pero eso depende mucho de la dinámica de la huelga», añadió, pidiendo que los pasajeros consulten el sitio web del operador ferroviario o su aplicación para celular.
Esta movilización se inscribe en un contexto de crecientes tensiones sociales en Alemania, donde las huelgas para exigir aumentos de salarios se multiplican desde inicios de año, desde las escuelas hasta los hospitales, pasando por el correo. A diferencia de otros países europeos como Francia, un movimiento conjunto entre los sindicatos EVG y Ver.di, que representan respectivamente 230.000 trabajadores de las compañías ferroviarias y 2,5 millones de empleados del sector de servicios, es extremadamente raro.
Esta «Mega-Streik» (mega-huelga), como ha sido bautizada por los medios alemanes, afecta un país donde los precios se dispararon desde hace más de un año, con una inflación que llegó a 8,7% en febrero. EVG y Ver.di exigen más de un 10% de aumento salarial. Los empleadores (Estados, comunas, empresas públicas) proponen un aumento de 5%, con dos pagos únicos de 1.000 y 1.500 euros (1.080 y 1.620 dólares).
Los sindicatos apostaron a una «amplia movilización». Desde esta mañana, cerca de «30.000 trabajadores» del sector ferroviario entraron en huelga, según EVG. En todo el país, «el tráfico de los trenes de larga distancia fue suspendido, así como las líneas regionales», según la empresa Deutsche Bahn. En la mayoría de los aeropuertos, entre ellos los principales Fráncfort y Múnich, se anularon los vuelos. En muchas grandes ciudades, los transportes públicos están muy perturbados. En Berlín, la red S Bahn -un conjunto de tranvías y metros- está bloqueada.
Cactus24 27-03-23