El expresidente peruano Pedro Castillo, que cumple una prisión preventiva tras intentar disolver el Congreso, dijo el miércoles que es víctima es una «venganza política» de sus adversarios y culpó al actual Gobierno por las muertes en las recientes protestas.
Castillo, que habló al final de una audiencia de apelación contra su prisión por 18 meses, negó una vez más las acusaciones en su contra de «rebelión y conspiración» tras su fallido anuncio, el 7 de diciembre, de querer cerrar ilegalmente el Congreso y reorganizar el sistema judicial.
«Esta injusta prisión preventiva que se ha impuesto solo ha servido para polarizar a nuestro país; todo lo que se hace en contra mía y todo este proceso no es más que una venganza política», afirmó Castillo, luciendo un raleado bigote y barbilla, en una videoconferencia con la sala de apelaciones.
El exmandatario está recluido en un pequeño penal dentro de una base policial en un distrito al este de la ciudad de Lima. Tras su expulsión asumió al poder su vicepresidenta, Dina Boluarte.
La destitución de Castillo por parte del Congreso dominado por la oposición provocó una ola de protestas en el país, que en casi dos semanas han dejado al menos 22 muertos -según datos oficiales- tras choques con la policía y Ejército luego de que el nuevo gobierno decretara un estado de emergencia.
«Yo jamás he cometido un delito de rebelión, no me he levantado en armas, tampoco he llamado a levantarse en armas a nadie», dijo Castillo. «Quien se levantó en armas para acabar con la vida de más de 30 peruanos es el actual gobierno, con un saldo de más de 20 desaparecidos y más de 200 heridos», afirmó.
Tras la audiencia, en la que participaron la fiscalía y el abogado del exmandatario, el juez César San Martín, presidente de la Sala Suprema Penal Permanente, manifestó que el tribunal iniciará un debate interno para resolver «inmediatamente» la apelación de Castillo que busca anular su prisión preventiva.
Cactus24 28-12-22