Sandra White generalmente cuenta con un pavo para la cena de Acción de Gracias, pero la inflación rampante le obliga esta vez a vestir la mesa de la tradicional fiesta familiar con pollo frito.
«Está muy caro, muy caro», dice esta mujer de 70 años y residente del multicultural y populoso barrio de East Harlem, en la ciudad de Nueva York (este de Estados Unidos). Por ello, pidió a sus invitados llevar algunos otros platos para la cena de este jueves .
La historia se repite con Yeisha Swan, pero si bien tuvo suerte pues uno de sus parientes compró el pavo, ella debió recortar gastos en las guarniciones, que para muchos son tan importantes como el plato principal.
«Esto es mucho menos de lo que compraría. No pude comprar jamón (…) Estoy llevando col rizada en lata. No es lo mismo», explicó Swan (42) a la AFP afuera de un supermercado neoyorquino.
La inflación está al rojo vivo en Estados Unidos y este año alcanzó sus mayores niveles en décadas. En octubre, a 12 meses, el índice de precios al consumo cayó levemente hasta 7,7% frente a 8,2% en setiembre.
Y aunque algunos precios moderaron su avance en los últimos meses, los consumidores dicen pasar dificultades para pagar los comestibles, un duro golpe en las fiestas.
El problema se agravó con un brote de gripe aviar que obligó al sacrificio de unas 50 millones de aves de corral, incluyendo ocho millones de pavos, de acuerdo con las estimaciones basadas en datos del Departamento de Agricultura.
El pavo es este año un 21% más caro que el año pasado, según el Oficina Granjera de Estados Unidos.
Comprar menos
El pavo no es el único ingrediente tradicional de la cena de Acción de Gracias que se ha vuelto más costoso.
Una encuesta de la oficina granjera mostró que la mezcla preparada para el relleno del pavo está 69% más cara con respecto al año pasado.
El único ingrediente «infaltable» que bajó de precio son los arándanos.
Una cena promedio para 10 personas, incluyendo pavo, relleno, guisantes, boniatos, arándanos, zanahorias, panecillos y pastel de calabaza, cuesta 64.05 dólares, 20% más que en 2021, afirmó la entidad.
«Realmente tuve que comprar menos… Solíamos montar una fiesta en el día de Acción de Gracias pero no pudimos hacerla esta vez», dijo el chef José Rodríguez (58), quien en vez de cenar en casa dando la bienvenida a todos sus familiares, comerá solo con su esposa y sus dos perros.
Pero a pesar de que el precio del pavo se disparó, la demanda no colapsó del todo.
La granja avícola Wendel, cerca de la ciudad de Buffalo, localizada en el estado de Nueva York, y que salió inerme de la crisis de gripe aviar, vendió los 1.100 pavos que tenía para Acción de Gracias. Los clientes ya pueden hacer un pedido para Navidad.
Para compensar los crecientes costos de las materias primas, la granja Wendel subió los precios un 22%, explicó su gerente, Cami Wendel.
La cadena gigante de supermercados Walmart fue en la dirección contraria: su canasta de Acción de Gracias, incluyendo el pavo, cuesta lo mismo que el año pasado.
Cactus24 23-11-22