Dos ataques con bombas en estaciones de autobuses en Jerusalén dejaron al menos un muerto y 14 heridos el miércoles por la mañana, según funcionarios israelíes.
Una explosión en una parada de autobús a las afueras de Jerusalén dejó 12 heridos, cuatro de ellos de gravedad, y una segunda en otra estación demolió un bus e hirió a tres personas, según los socorristas.
La policía israelí calificó ambas explosiones de «ataques» y posteriormente afirmó a la AFP que una de las personas heridas había muerto a causa de sus heridas.
Un fotógrafo de la AFP presente en el lugar de la primera explosión indicó que la deflagración destruyó una cortina metálica detrás de la estación y se veía un escúter y un sombrero en el suelo.
«Escuchamos una fuerte explosión. Inmediatamente acudimos masivamente al lugar (…) y vimos dos heridos graves, un adolescente de 16 años en una parada de autobús y una persona de 45 años en una acera cercana», dijo el socorrista Moshe Tobolsky.
Cuando la policía y los socorristas estaban en el lugar de la primera explosión se escuchó una segunda cerca, según el fotógrafo de la AFP.
«Se colocaron diferentes cargas explosivas en los dos lugares. Sospechamos que fue un ataque combinado», dijo la policía israelí en un comunicado. Una fuente de seguridad dijo a la AFP que las bombas habían sido activadas a distancia.
El último atentado con bomba en Jerusalén se remonta a 2016, dijeron a la AFP los servicios de seguridad interna de Israel, Shin Beth.
«Terrorismo»
El primer ministro saliente, Yair Lapid, convocó una reunión de urgencia con los jefes de seguridad en el cuartel general del ejército en Tel Aviv e informará sobre la situación de seguridad a su sucesor designado, Benjamin Netanyahu, ganador de las elecciones legislativas del 1 de noviembre.
Netanyahu, que ya ejerció como primer ministro de 1996 a 1999 y de 2009 a 2021, mantiene actualmente conversaciones con sus aliados de los partidos ultraortodoxos y de la extrema derecha sobre la composición del futuro gobierno.
«Hay que formar gobierno lo antes posible, porque el terrorismo no espera», dijo Itamar Ben Gvir, líder de extrema derecha que tiene el ojo puesto en el ministerio de Seguridad Pública, y pidió a las autoridades que lleven a cabo «asesinatos selectivos» de presuntos terroristas.
Sin reivindicar la autoría de los atentados, el movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, los «saludó», considerándolos como «el precio de los crímenes y agresiones» de Israel «contra nuestro pueblo».
Robo de un cadáver
Tras los mortíferos atentados perpetrados en Israel en marzo y abril y otros posteriores, el ejército israelí realizó más de 2.000 incursiones en Cisjordania. Estas incursiones, habitualmente aparejadas a disturbios, han dejado más de 125 palestinos muertos, el mayor número de víctimas en siete años, según la ONU.
Durante la noche, las fuerzas israelíes mataron a un palestino en enfrentamientos en Nablus, según el ministerio de Salud palestino.
Por otra parte, el ejército israelí indicó que el cuerpo de un civil israelí de 18 años, que murió el martes en un «grave accidente de tráfico» en Cisjordania ocupada, fue «robado» del hospital de Yenín, bastión de facciones armadas en el norte de Cisjordania.
La acción no fue reivindicada inmediatamente pero fuentes locales indicaron a la AFP que combatientes palestinos en un campo de refugiados cercano estaban en posesión del cuerpo.
El secuestro de israelíes, vivos o muertos, ya sirvieron en el pasado como moneda de cambio a grupos armados para pedir la liberación de prisioneros o la devolución de los restos de compañeros fallecidos.
Cactus24 23-11-22