El abastecimiento de electricidad limpia debe duplicarse de aquí al 2030 para evitar que el cambio climático ponga en riesgo la seguridad energética mundial, afirman las Naciones Unidas el martes.
El sector energético no es solamente una fuente considerable de emisiones que dan origen al cambio climático, es también vulnerable a los cambios que acompañan el calentamiento del planeta, señala un nuevo informe de la Organización meteorológica mundial (OMM) de las Naciones unidas publicado el martes.
Si el mundo no evoluciona rápidamente hacia las fuentes de energía limpias para ralentizar la crisis climática, las condiciones meteorológicas y un estrés hídrico más extremo pondrán en peligro la seguridad energética y podrían incluso poner en riesgo los suministros de energía renovable, advierte el documento.
«El tiempo no está de nuestra parte, y nuestro clima cambia ante nuestros ojos», insiste el jefe de la OMM, Petteri Taalas, en un comunicado. «Necesitamos una transformación completa del sistema energético mundial».
El jefe de la OMM recuerda que el sector de la energía es la fuente de alrededor de tres cuartos de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero, insistiendo en que «la transición a modos limpios de producción de energía… y la mejora de la eficacia energética son vitales».
Taalas advierte, alcanzar el objetivo de emisiones netas cero de aquí al 2050 no será posible salvo que «doblemos el abastecimiento de electricidad con bajas emisiones a lo largo de los próximos ocho años». El cero neto, o la neutralidad de carbono se alcanzará cuando las emisiones de dióxido de carbono que provenga de actividades humanas estén equilibradas a escala mundial por la absorción de CO2 en un periodo concreto.
Estrés hídrico
Este informe de la OMM sobre el estado de los servicios de climatología, un documento anual que trata este año sobre la energía, subraya la importancia creciente del acceso a las informaciones y a los servicios meteorológicos, hidrológicos y climáticos fiables para asegurar una resiliencia de las infraestructuras energéticas y responder a una demanda creciente.
El impacto de los eventos meteorológicos, hídricos y climáticos -que se volvieron más extremos, más frecuentes y mucho más intensos por el calentamiento climático- sobre la fiabilidad del acceso a la energía ya es notorio, constata la OMM en su informe.
Como ejemplo, la organización cita los cortes de corriente masivos causados por una ola de calor histórica en Buenos Aires en enero.
En 2020, 87% de la energía mundial producida a partir de centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas dependían directamente del acceso al agua, recuerda la OMM.
Al mismo tiempo, un tercio de las centrales térmicas que necesitan agua dulce para su funcionamiento se encuentran en zonas de gran estrés hídrica, así como 15% de las centrales nucleares existentes, proporción que debería llegar al 25% en el transcurso de los 20 próximos años.
Otro riesgo que corren estas centrales: a menudo situadas en el litoral, son potencialmente vulnerables a la elevación del nivel del mar y a las inundaciones.
La OMM estima también que 11% de la capacidad hidroeléctrica mundial está igualmente situada en zonas de gran estrés hídrico, mientras que más de un cuarto de las presas hidroeléctricas existentes y casi un cuarto de las presas planeadas se encuentran en cuencas fluviales que luchan actualmente contra la escasez de agua media a elevada, indica la OMM.
La transición a las energías renovables contribuirá a atenuar el estrés hídrico mundial creciente, según el informe, que constata que la cantidad de agua utilizada por la energía solar y eólica es considerablemente inferior a la de centrales eléctricas tradicionales.
Invertir en África
Por ahora, las promesas de los países «se quedan cortas» para lo que es necesario para alcanzar los objetivos fijados por el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.
Según el informe, las inversiones mundiales en energías renovables «deben triplicarse de aquí a 2050 para poner al mundo en una trayectoria cero neto».
La OMM insta a invertir aún más en energías limpias en África. Este continente, ya enfrentado a grandes sequías y a otros efectos graves del cambio climático, no obtuvo más que 2% de las inversiones en energías limpias de las dos últimas décadas.
Y sin embargo, con 60% de los mejores recursos solares del mundo, tiene el potencial para convertirse en un actor considerable de la producción de energía fotovoltaíca, indica la OMM.
«El acceso a la energía moderna para todos los africanos necesita una inversión de 25 mil millones de dólares al año», según el informe. Esto equivale a alrededor del 1% de las inversiones energéticas mundiales a día de hoy.