La crisis en Panamá se agudizó este jueves, con cortes de rutas que impidieron la llegada de alimentos a la capital, intentos de saqueos y con luces de un posible acuerdo entre el gobierno y manifestantes para detener las protestas a cambio de medidas contra el alza de precios, según EFE.
«Ya estamos listos para esperar al gobierno nacional para que le dé respuesta al pueblo panameño», afirmó Fernando Ábrego, dirigente de la Asociación de Profesores de Panamá.
Sus declaraciones se produjeron después de una maratónica reunión, en Penonomé, a 150 kilómetros al suroeste de Ciudad de Panamá, donde las organizaciones que apoyan las protestas afinaron detalles para la negociación con el gobierno, bajo la mediación de la Iglesia católica.
La institución religiosa anunció que el gobierno «confirmó» su participación en las conversaciones el jueves.
Dirigentes magisteriales y sindicales acordaron ocho temas prioritarios que esperan discutir con el gobierno en una mesa única de diálogo en un nuevo intento por poner fin a las protestas por el alto costo de la vida que estremecen el país centroamericano desde hace tres semanas.
Entre los puntos figuran la rebaja y congelamiento en el precio del combustible y de los alimentos, así como el abordaje de temas sobre transparencia en la administración pública y corrupción.
El gobierno del presidente Laurentino Cortizo anunció ya el congelamiento de la gasolina a toda la ciudadanía a un precio tope de 3,25 dólares el galón, así como de una serie de productos alimenticios básicos, pero las medidas no calmaron el descontento en las calles y los bloqueos carreteros.
La mesa de diálogo que se celebra en la central provincia de Coclé, con la Iglesia Católica como facilitadora, es el más incluyente de los esfuerzos que se han realizado para encontrar una salida a la crisis social. Los dirigentes de las protestas dijeron la víspera que esperan presentar sus demandas conciliadas el jueves al gobierno, que no se ha manifestado de momento.
Las movilizaciones y cierres de carretera a lo largo del país han dejado desabastecimiento de alimentos en la capital, al tiempo que las provincias del occidente del país han sufrido falta de combustible y de insumos médicos, agroindustriales y de primera necesidad, según las autoridades.
Se trata de la mayor crisis social desde la invasión de Estados Unidos en 1989.
Para calmar los ánimos, el gobernante bajó en un primer momento de 5,20 dólares a 3,95 el precio del galón de gasolina (3,78 litros), pero la medida fue rechazada. Luego se ofreció una rebaja a 3,25 dólares, que rige actualmente.
Al malestar de los sindicatos se sumaron los empresarios.
«Resulta urgente que el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial ataquen sin miramientos todo acto de corrupción, acaben con los privilegios y la falta de transparencia», dijo la presidenta de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, Marcela Galindo.
Cactus24/ 21-07-2022