A lo largo de su vida Jennifer Grey tomó dos decisiones que cambiaron para siempre su futuro. Una de ellas es de sobra conocida por todo el mundo: tras el inesperado éxito de ‘Dirty Dancing’, optó por seguir el consejo de sus padres, los intérpretes Joel Grey y Jo Wilder, operándose la nariz. Aunque la intervención no planteó ningún problema médico, sí supuso un serio obstáculo profesional para ella porque nadie era capaz de reconocerla como la chica que había interpretado a Baby.
Otro momento clave en su vida tuvo varios años antes de hacerse con ese icónico papel, y nunca antes había hablado de ello hasta ahora. Cuando era una adolescente, ella se quedó embarazada accidentalmente y se sometió a un aborto. Aunque no trata de ocultar que fue una experiencia «muy grave» que la ha acompañado desde entonces, nunca se ha arrepentido de lo que hizo.
«No habría tenido la carrera que tuve, no habría tenido nada. Y no fue por falta de tomármelo en serio. Siempre quise tener un hijo. Solo que no quería un hijo siendo una adolescente. No quería un bebé en el punto en el que me encontraba», ha explicado Jennifer, que ahora tiene una hija de 20 años, en una entrevista al periódico Los Angeles Times.
Esa es la razón por la que se siente desolada desde que el Tribunal Supremo anuló la sentencia sentencia Roe contra Wade, eliminando efectivamente el derecho constitucional al aborto en todo Estados Unidos, algo que aún le cuesta asimilar: «No parece real. Esto es tan fundamentalmente erróneo, y es una llamada para que todas las mujeres alcen la voz, porque habíamos asumido, desde 1973, que estaba asegurado que siempre sería nuestra elección y que nunca iba a ser revocada» destaca BangShowbiz.
Jennifer está muy orgullosa de que ‘Dirty Dancing’ contribuyera en parte a denunciar los riesgos que implica prohibir el acceso a las interrupciones voluntarias del embarazo a través del personaje de Penny, que se sometía a un aborto clandestino desastroso. «Vimos a alguien que sufriendo una hemorragia como consecuencia. Vimos lo que le ocurre a la gente sin medios: los que tienen y los que no tienen dinero. Me encanta esa parte de la historia porque era realmente una película feminista dentro de una comedia romántica. Fue un uso perfecto de la historia».