¿Será Jesús Enrique Fernández otro muerto más a la conciencia de las autoridades encargadas de impartir justicia?
Jesús Enrique es de la etnia wayuu y de los 68 años de edad que tiene, lleva 11 privado de libertad por un caso de drogas.
Le faltan cuatro años para cumplir la pena y aunque ya debería estar disfrutando de una medida cautelar menos gravosa, sigue preso en la Comunidad Penitenciaria de Coro, en el sector San Agustín.
Este viernes 3 de junio sufrió un ACV y hasta este domingo permanecía recluido en el Hospital Doctor Alfredo Van Grieken de Coro, según contó a Cactus24 un familiar. El sexagenario es diabético, lo que es un agravante a su condición.
Al ser de bajo recursos, su hija Zaida María Fernández Ayala, que tampoco ha estado bien de salud, ha conseguido practicarle unos exámenes, hacerle una tomografía y rayos equis. Ella está recién operada, es su única familiar y se encuentra pendiente en el Hospital de Coro, sin dinero ni siquiera para comer, por lo que dice incluso que están pasando hambre los dos.
A esta preocupación de Zaida María se le suma el enterarse que los médicos que atienden a su hermano tienen previsto darlo de alta este lunes, por lo que sería devuelto al penal donde no cuenta con las condiciones necesarias de atención para recuperarse.
“¡Piedad!”, imploran familiares para este penado que, luego de haber estado recluido en la cárcel de Sabaneta, llegó a la Comunidad Penitenciaria de Coro hace siete años cuando intervinieron aquella cárcel. El caso de Jesús Enrique Fernández reposa en los tribunales de Maracaibo, estado Zulia, lo que dificulta que familiares, al ser de escasos recursos, puedan lograr una revisión de medida.
En Venezuela mucho se habla hoy en día de que está cambiando; sin embargo, en lo que respecta al tema judicial y penitenciario, todo sigue igual y solo parecen revisarse o atenderse con celeridad aquellos casos de los mejor posicionados económicamente.
Cactus24//05-06-2022
