Este 25 de mayo se cumplen siete años de una tragedia que cambió el rumbo de la familia Gutiérrez-López-Lugo y dejó sumida en la tristeza en toda la colectividad falconiana y del país por aquella prematura y repentina muerte de Augusto César, el niño autista, y de su madre, la maestra Sarah María López, en aquel heroico esfuerzo de meterse en la boca de visita para sacarlo.
Había cumplido 38 años dos días antes, cuando Sarah María no dudó en arriesgar su vida para salvar al pequeño Augusto César, de 7 años, quien, inocente en su andar, se precipitó al fondo de una boca de visita sin tapa paralelo a la calle Virgilio Medina de la urbanización Independencia. Venían del urbanismo Los Dos Comandantes cuando sucedió lo impensado aquella tarde del 25 de mayo del 2015.
Aquel día Sarah tenía contemplado hacer diligencias y salió acompañada de su prima Lenis Colina, y sus dos hijos: Augusto César y Antonella. Iban a la parada cuando sucedió la tragedia. Aunque Sarah entró a la boca de visita y cargó al niño, no pudo salir y pronto, los gases tóxicos la hicieron desvanecerse y desaparecer junto a su hijo arrastrados por el cauce de las aguas residuales a las 2:10 de la tarde.
El caso de Sarah y Augusto rompió los límites de la conmoción y además de generar un despliegue de los cuerpos de seguridad y de rescate solo vistos en Carnaval, Semana Santa o en Navidades, causó una tristeza colectiva en los falconianos que, aún sigue presente.
Fue el miércoles por la tarde-noche luego de falsas alarmas que rescatistas dieron con uno de los desaparecidos en el mismo sitio donde el día anterior se confundió un saco de basura con uno de los cuerpos. Era Sarah María López. Fue hallada entre dos bocas de visitas ubicadas en las adyacencias de la antigua bloquera de Fulgencio Ferrer, cerca del estadio de Corpoelec y zona conocida como Coco Frío. Sarah fue sacada a las 6:54 de la tarde tendida en una camilla y envuelta en mantas quirúrgicas. El cadáver del niño se recuperó el martes 2 de junio.
Aquella tragedia desencadenó una serie de acusaciones en las cuales los usuarios de las redes sociales responsabilizaron al gobierno regional y a su empresa Hidrofalcón de negligentes. Autoridades anunciaron que investigarían a fin de dar con los responsables de haber quitado la tapa, pero fueron promesas del momento.
Pasado un mes de la tragedia, en el liceo Lucas Guillermo Castillo, donde dio clases Sarah María, bautizaron un salón de Cuarto Grado, sección “B” con su nombre, el cual se denominó así hasta el 2017 que sus alumnos se graduaron y fueron promovidos a séptimo grado.
Gerardo Morón Sánchez
Cactus24//25-05-2022