A dos años de la pandemia de coronavirus y en plena ola de la variante Ómicron, hay cuestiones que no dejan de sorprender. Como las ratas gigantes chinas que se comen en banquetes gourmet de los más refinados.
Para muchas personas, las ratas son invitadas no deseadas en una casa. Pero en China, pueden ser un manjar gourmet en la mesa de un hogar o de los restaurantes más renombrados. Las ratas de bambú chinas fueron una fuente de alimento muy buscada en el país por su «valor nutritivo».
Decenas de miles de agricultores los criaron, los chefs los cocinaron de muchas maneras y en las redes sociales hay tutoriales sobre «100 razones para comerlas», hasta que la pandemia frenó el comercio de animales vivos para consumo humano.
Las ratas de bambú chinas, o «zhu shu» en mandarín, son conocidas por su figura corpulenta y sus mejillas gordas. Una especie de roedor salvaje que se alimenta de bambú, estas enormes ratas pueden pesar hasta cinco kilogramos y crecer hasta 45 centímetros de largo. De ninguna manera son un plato nuevo en el país.
Se dice que comer ratas de bambú era una «costumbre predominante» en la dinastía Zhou (1046-256 a. C.), según cuenta el diario británico Daily Mail. Según la medicina tradicional china, su carne puede desintoxicar el cuerpo y mejorar las funciones del estómago y el bazo.
Cactus24//17-01-2022