Las tarjetas de crédito eran un desahogo para muchos en cuanto a gastos, lo que permitía suplir distintas necesidades. Hoy día este plástico ha quedado ignorado por su inutilidad.
«Para adornar las carteras quedaron las tarjetas de créditos», así lo indica el economista Kevin Matos, quien explica a 2001 que las tarjetas de consumo o de crédito son fundamentales en una economía próspera y sana porque permiten estimular el gasto y la inversión en el país. Sin embargo, Matos hace referencia al fenómeno de la hiperinflación como una contraparte.
“Esta nueva reconversión del primero de octubre de este año solo fue un maquillaje monetario que no estuvo respaldado por ninguna política monetaria de fondo y que, con un encaje legal del 85 por ciento, los límites crediticios son casi inexistentes. Algunos bancos aumentaron los límites en el mes de octubre a tan solo un bolívar, lo que equivale a un millón de bolívares del cono monetario anterior”, dijo.
El experto afirma que mientras el Banco Central de Venezuela (BCV) siga manteniendo requerimientos de reservas altos como los registrados en estos últimos años, con un encaje legal de hasta un 93 por ciento, será imposible que la banca otorgue créditos.
“Solo se permite un monto muy reducido en bolívares que dificulta la asignación de préstamos a las empresas y a las personas. Mientras se siga empleando estas medidas en Venezuela se seguirá manteniendo niveles crediticios muy escasos. Esto seguirá afectando la liquidez de las industrias y el bolsillo de los venezolanos”, aseguró.
Kevin Matos expone que el gobierno nacional necesita implementar un programa de estabilización monetaria que permita traer la confianza en la moneda para una mejora relevante en los niveles crediticios y en el sector bancario. Asegura que esas medidas no se visualizan a corto plazo.
“La cartera de crédito de la banca venezolana en el mes de octubre de este año fue equivalente al 29,05 por ciento de los ingresos totales. El encaje legal deja muy poco margen de maniobra para las instituciones bancarias y esto presiona la rentabilidad del sector bancario”, mencionó.
También resalta que las desventajas para los clientes es que se observa la imposibilidad de conseguir créditos para financiar sus gastos y quienes sí pudieron obtener estos instrumentos en el pasado, tienen tarjetas con montos írritos que el día de hoy no permiten ni siquiera pagar las tarifas telefónicas.
“En tiempos de hiperinflación, los créditos son un regalo para quienes los adquieren puesto que las bajas tasas de interés y la inflación beneficia al cliente al momento de saldar sus deudas y afecta a la banca al recibir bolívares devaluados”, puntualizó a 2001.
Cactus24 (08-12-2021)