El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este viernes un ley en apoyo de las víctimas de lo que se conoce en Estados Unidos como el «síndrome de La Habana», por ser en esa ciudad donde se detectaron por primera vez los extraños «ataques» contra diplomáticos estadounidenses.
La legislación, bautizada «Ley de La Habana», establece que el Gobierno de Estados Unidos tiene la obligación de ayudar a quienes han sufrido esos «ataques», cuyo origen se desconoce y que provocan síntomas similares a los de lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.
En un comunicado, Biden felicitó a demócratas y republicanos por haber aprobado la ley en el Congreso de manera unánime y consideró que esa unidad envía «el mensaje claro» de que EE.UU. cuida de los «suyos».
En concreto, la legislación autoriza al Departamento de Estado y a la CIA a dar más apoyo económico a aquellos que han sufrido los «ataques» y han experimentado problemas de salud.
Además, el Departamento de Estado y la CIA deberán mantener informado al Congreso de esos incidentes y detallar qué empleados están recibiendo asistencia económica.
Las víctimas de los misteriosos «ataques» llevan años pidiendo más ayuda al Gobierno estadounidense, primero al de Donald Trump (2017-2021) y luego del propio Biden.
Más de 200 diplomáticos estadounidenses destinados a diferentes países han padecido síntomas del llamado «síndrome de la Habana».
El origen y el responsable de estos misteriosos «ataques» aún se desconocen, aunque algunos expertos apuntan a que podría haberse usado energía de radiofrecuencia para perpetrarlos.
Además de en Cuba, donde se detectaron los primeros casos en 2016 y 2017, incidentes similares se han producido en China, Austria, Alemania e incluso en Washington. En septiembre el Gobierno estadounidense empezó a investigar otro suceso similar que afectó a un asesor del director de la CIA, Bill Burns, durante un viaje a la India.
Trump acusó en 2017 al Gobierno de Cuba de ser responsable de lo que las autoridades estadounidenses calificaron entonces como «ataques acústicos» o «sónicos», lo que sirvió como pretexto al entonces mandatario para romper con el deshielo diplomático con la isla.
Un informe interno dado a conocer a principios de este año reveló que Trump acusó a La Habana sin pruebas y que la mala gestión y la falta de coordinación dominó su respuesta a estos supuestos «ataques».
Biden, por el momento, ha evitado señalar públicamente a ningún país y su Gobierno sigue investigando el origen de esos incidentes.
Cactus24 08-10-21