“No dejes que me atrapen, mátame primero», le suplicó a su prometido camino al aeropuerto. Afortunadamente, no fue necesario: la estrella pop de Afganistán Aryana Sayeed logró escaparse de Kabul disfrazada, con miedo de ser reconocida por los extremistas que la amenazan desde hace tiempo, y ahora se encuentra refugiada en Estambul, desde donde brindó detalles de su huída.
Sayeed, la cantante afgana más popular con 1,4 millones de suscriptores en su cuenta de Instagram y con un aspecto parecido al de Kim Kardashian, desató la ira de los religiosos y de los conservadores de su país por sus canciones que defienden los derechos de las mujeres y denuncian la violencia contra ellas.
Presidenta del jurado de The Afghan Star, un programa para jóvenes organizado por el canal de televisión Tolo News, no podía caminar libremente por Kabul y vivía en su ciudad bajo protección, limitando sus desplazamientos.
El 15 de agosto intentó fugarse horas después de la entrada de los talibanes en la capital afgana, cuando las fuerzas estadounidenses estaban terminando sus preparativos para la retirada. Pero el avión en el que embarcó no despegó.
Se refugió en casa de familiares antes de un segundo intento al día siguiente. Los insurgentes estaban presentes en todos los puestos de control y sus combatientes rodeaban el aeropuerto.
Se formó un convoy: su prometido y manager, Hasib Sayed, en un coche y ella en otro. Se comunicaban por walkie-talkie.
«Ahí fue cuando le dije: ‘si están a punto de atraparme, por favor mátame. De un disparo en la cabeza. No dejes que me atrapen viva’. Es lo que más temía, mucho más que la muerte», le contó a AFP.
Esa noche se vistió de negro, con la cara oculta bajo una mascarilla sanitaria y gafas, con un sobrino de Hasib sentado en su regazo para parecer una familia normal.
«Intentábamos que memorizara lo que tenía que decir en caso de control. ‘Si nos arrestan, soy tu madre y me llamo Fereshta. ¿Te acordarás?», describió.
Al llegar a las puertas del aeropuerto, custodiadas por los soldados estadounidenses, Hasib se abrió paso entre la multitud. «La gente se empujaba, había niños, bebés, mujeres que se desmayaban», recordó.
Los soldados se negaron a abrirles camino, privilegiando el paso de los ciudadanos estadounidenses. Pero uno de los intérpretes identificó a Hasib y explicó que era el novio de la mayor estrella afgana, cuya vida estaba realmente amenazada.
Gracias a él la pareja llegó a Doha, luego a Kuwait y finalmente a Estados Unidos, desde donde se trasladó a Estambul, su nuevo lugar de residencia.
En su terraza, Saeed explicó que las mujeres afganas de hoy están más instruidas y mejor informadas de sus derechos que durante el anterior régimen talibán (1996-2001).
«Las mujeres afganas ya no son las de hace veinte años», aseguró con orgullo y tristeza, mientras que sus compatriotas siguen manifestándose en Kabul desafiando la brutalidad de los talibanes.
CACTUS24 12-09-21