«Espero Justicia. Mi gran compromiso es que nunca otra mujer vuelva a pasar por lo que pasé», dijo María Eugenia, la mujer que fue sometida durante 23 años a encierro, golpes y violencia sexual en la población de Rosario Argentina. Y agregó: «Que ninguna otra mujer sea víctima y eso la lleve a la muerte. Espero poder olvidarme de todo esto, tener paz. Esperaría tener la máquina del tiempo y volver 25 años atrás, abrazar a mi viejo que es una de las cosas que nunca jamás voy a poder hacer y criar a mi hijo; pero sé que esos dolores no se van a ir. Que sea lo mejor que se pueda. Gracias”.
Fue en el comienzo del juicio contra su agresor, Oscar Alberto Racco, quien la tuvo atada con una cadena a la cama durante los primeros cuatro o cinco años en la casa . Sufrió también violaciones reiteradas, golpizas consuetudinarias, sólo podía salir a la calle acompañada por él, y con otro nombre, que él le asignó, Lucía Puccio. También le retuvo su Documento Nacional de Identidad, que María Eugenia pudo recuperar el 28 de abril de 2019, y esconderlo entre la plantilla y la suela de su zapatilla.
“Cuando él se iba, me dejaba encerrada. Una mañana me hizo levantar a barrer la vereda con él pero después entró porque fue al baño y no quería que yo estuviera en la casa cuando iba al baño. Escuché que abrió la ducha y mi sensación fue: ahora o nunca”, recordó la mujer en una entrevista para el medio local El Tres.
La mujer tomó un monedero, dos fotos de su hijo y una carta de su padre, abrió la puerta que su captor dejó sin candado y corrió por su vida. Logró tomar un taxi y pudo por fin pedir ayuda.
“Busqué a una tía mía en la guía. La llamé y le dije que me ayudara, porque si no para la noche estaba muerta”, expresó María Eugenia.
Tras la audiencia, la víctima declaró que su gran compromiso es que nunca otra mujer vuelva a pasar por lo que ella pasó.
Cactus24/30-07-2021