Una niña de la aldea de Habarana, en Sri Lanka, Al salir de su casa se encontró en el porche, frente a la puerta, a un cocodrilo mortal de 3 metros de largo. La pequeña huyó asustada y pidió ayuda a su familia, la cual llamó a las autoridades locales.
Al llegar, los agentes intentaron capturarlo con palos, cuerdas y mantas, pero fue una tarea difícil, pues el reptil no paraba de revolverse y girar sobre sí mismo. Finalmente, lograron taparle los ojos, retenerle y atarle la mandíbula.
Las autoridades inmovilizaron al cocodrilo sobre una tabla de madera y lo trasladaron en camión hasta el Parque Nacional de Minneriya, donde lo dejaron en libertad.
Se cree que el reptil pudo llegar hasta la casa a través de un tanque de riego, pues Sri Lanka tiene cocodrilos en los cursos de agua que atraviesan sus aldeas y ciudades