Hoy 23 de enero se celebra 62 años en Venezuela el Día de la Democracia, en el año 1958 cae del poder el dictador Marcos Pérez Jiménez.
De acuerdo a la historia venezolana, en 23 de enero de 1958. La aeronave Douglas C-54 “Skymaster“ llamada popularmente en la Venezuela de la época “La vaca sagrada” despegó a las 3 de la madrugada del aeropuerto La Carlota, rumbo hacia República Dominicana. Dentro viajaban el General Marcos Pérez Jiménez, dictador de Venezuela, su familia y sus más cercanos colaboradores.
Pero este no era un viaje cualquiera, no era un viaje con retorno, era la huida del gobernante y la madrugada de una nueva Venezuela, libre y democrática. Un día que quedaría registrado en la memoria de Venezuela. Pérez Jiménez, quien había regido los destinos de Venezuela desde 1948, dejaba finalmente el poder y con ello terminaba su gobierno militar y se abrían las puertas para la más larga etapa democrática que ha tenido ese país.
Pérez Jiménez había llegado al poder en noviembre de 1948 como parte de una junta militar, conformada y presidida por el Coronel Carlos Delgado Chalbaud y los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, que derrocó al Presidente electo democráticamente y civil Rómulo Gallegos.
En 1953, se convertiría en el hombre fuerte del país tras ser electo por una cuestionada Asamblea Constituyente. Su período estaba previsto que concluyera en 1958 pero, a finales de 1957, en lugar de una elección presidencial convocó un plebiscito sobre su continuidad y resultó reelecto en un proceso amañado, no reconocido por sus opositores.
Estos hechos, aunados a una serie de eventos desafortunados, asesinatos, persecuciones, desapariciones forzadas, encarcelamiento de los que se le oponían por parte de los órganos represivos y la Seguridad Nacional, más una fuerte crisis en el seno de las Fuerzas Armadas hicieron que la gente perdiera el miedo y conjuntamente con los partidos políticos manifestaran de tal forma que el dictador al ver lo que ocurría optó por huir, aunque para noviembre de ese mismo año, la dictadura parecía consolidada sin remedio.
El 17 de diciembre de ese año, la Junta Patriótica, un órgano clandestino integrado por representantes de los partidos de la oposición AD, COPEI, URD Y PCV que formaban la resistencia al régimen, acusa a Pérez Jiménez de haberse robado las elecciones para perpetuarse en el poder y unos días más tarde, hace un llamado a las Fuerzas Armadas para que cumplan su deber de defender y hacer cumplir la Constitución.
Las Fuerzas Armadas se hacen eco de este clamor, sobre todo por la cantidad de efectivos castrenses que para ese momento habían sido encarcelados y asesinados por el régimen. El 1 de enero de 1958 se produce un alzamiento militar en contra de Pérez Jiménez que fracasa pero que deja en evidencia que el gobernante no cuenta con el apoyo monolítico de los militares.
La situación de inestabilidad política y las propias fracturas dentro del gobierno, pues no todos sus miembros estaban de acuerdo con la forma como Pérez Jiménez se reeligió, derivan en dos reorganizaciones del Ejecutivo, ocurridas entre el 10 y el 13 de enero.
El descontento era tal que no se veía otra salida sino cambiar de gobierno, del Ministro del Interior, Laureano Vallenilla Lanz y del jefe de la policía política, La Seguridad Nacional, Pedro Estrada.
Se agitan las calles, el hastío de la gente se vuelve insostenible, la Junta Patriótica convocó para el 21 de enero una huelga general. Comenzó con un paro de la prensa y luego protesta generalizada en todas las ciudades del país.
Hubo disturbios, el ministro de la defensa de ese entonces envía un comunicado amenazando con abrir fuego contra esas manifestaciones masivas de la población. Se decreta un toque de queda, que no surte ningún efecto. El 22 de Enero hubo un casi total alzamiento militar, en la Guaira y Puerto Cabello, incluso en la Escuela Militar de Caracas. Ante esta situación incontrolable, el gobernante decide abandonar el poder.
Y es así como en la madrugada del 23 de Enero, la “Vaca Sagrada” despega de La Carlota, surca los cielos, dejando tras de sí, un país destruido, pero libre y con una férrea voluntad de cambio que sirvió, a pesar de otros eventos posterior, para afianzar la democracia que debemos defender.
Cactus24 (23-01-2020)