Álvaro estaba decidido a comprar un camión. El que usaba ya no le parecía apropiado porque era a gasolina y ante la escasez de combustible, que también afectada a Guárico, donde vivía, prefirió venderlo y comprar otro a gasoil.
A través de Facebook consiguió uno a buen precio, pero estaba en Valencia.
– No te vayas con particulares, al menos que sea un vecino, un referido, pero así no, le aconsejó un amigo que vivió en Valencia antes de migrar.
Una semana después de aquella conversación, Álvaro siguió insistente en “el camión de Facebook”. Era 15 de octubre cuando Álvaro salió de su casa en Tucupido, estado Guárico, porque los supuestos vendedores del camión lo esperaban en Valencia. Esa noche se hospedó en un Hotel en la zona industrial Castillito y a la mañana siguiente tomó un taxi hasta Santa Inés.
En el camino el taxista y Álvaro iban conversando. Incluso, le proporcionó sus datos bancarios, que envió a su esposa para que cancelara la carrera con un pago móvil.
– Señor, no lo puedo llevar más adelante porque es muy peligroso. Lo tengo que dejar por aquí, le advirtió el taxista.
Álvaro, bajó del carro en Santa Inés.
Los siguientes mensajes a su esposa era indicándole que transfiriera el dinero del camión, que había ofertado a muy buen precio, a una cuenta en un banco en Panamá. Desde entonces, no se supo más de Álvaro.
La familia empezó a preocuparse y se trasladaron a Valencia para reportar a Álvaro Luis Carpio como persona extraviada. A través de los datos bancarios, dieron con el número de teléfono del taxista:
– Yo se lo dije. Le dije que esa zona era peligrosa.
Poco después comenzó a correr por las Redes Sociales información sobre la desaparición. Mientras los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) iniciaron las averiguaciones en torno al caso.
Morgue, hospitales, no había un sitio donde la familia no haya buscado a Álvaro. Nada.
El 6 de noviembre, 22 días después de la desaparición del empresario, en Tucupido fueron informados sobre el hallazgo de un cadáver. Se trataba de Álvaro, quien fue localizado luego que el Cicpc capturó a una persona, presuntamente, relacionada con el caso, que confesó dónde estaba el cuerpo.
Álvaro, fue hallado enterrado en una zona de Santa Inés, al sur de Valencia. Estaba en avanzado estado de descomposición, pero lo habían reconocido por la ropa que llevaba puesta. Aparentemente, tenía un disparo.
El Cicpc continúa las investigaciones para dar con el resto de los involucrados. Mientras que algunos en Tucupido no pueden creer lo que le sucedió a Álvaro, un hombre reconocido en el pueblo por su trabajo y a otros, les queda la experiencia de no comprar vehículos por Redes Sociales, sobre todo porque ya parece convertirse en un modo común de operar y que aún siguen cayendo víctimas.
Cactus24 (09/11/2020)