Los bolivianos acuden este domingo a las urnas, casi un año después de las elecciones que terminaron anuladas entre denuncias de fraude y desencadenaron una crisis política que no se ha resuelto hasta ahora.
Estos nuevos comicios generales en Bolivia deberán dar lugar a un nuevo gobierno salido de las urnas, que afronte enormes retos para el país, especialmente la crisis económica que dejó la pandemia de coronavirus y la gobernabilidad.
Después de un año de gobierno interino, tras la renuncia precipitada de Evo Morales, quien denunció un golpe de Estado y se refugió primero en México y luego en la Argentina, desde donde dirigió la campaña de su partido el Movimiento al Socialismo.
Por primera vez en casi tres décadas, el líder de los productores de coca no podrá ser candidato, pero su delfín, Luis Arce, ex ministro de Economía, aparece como favorito, seguido muy de cerca por el ex presidente Carlos Mesa. No se descarta una posible segunda vuelta entre ambos.
La presidenta interina Jeanine Áñez finalmente retiró su polémica candidatura, ante el riesgo de dividir el voto contra el MAS.El partido de Morales busca retomar el poder que ostentó durante casi catorce años y que perdió en noviembre pasado.
Fragmentados en seis candidaturas, sus detractores quieren evitar que el MAS vuelva a gobernar por los excesos que consideran que cometió Morales, incluida su polémica habilitación para buscar la reelección pese a que la Constitución que él mismo promulgó permite solo dos períodos continuos, reseña El Clarin.
Un año de incertumbre
Los comicios bolivianos están pendientes desde la anulación de los que se celebraron en octubre de 2019, en los que Evo Morales fue declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo entre denuncias de fraude a su favor, que son investigadas penalmente y que él niega.
Irregularidades como el repentino cambio de tendencia en el recuento preliminar, que pasó de prever una segunda vuelta a dar el triunfo en primera ronda a Morales, desataron uno de los mayores conflictos en la historia boliviana reciente.
La salida de Morales dejó un vacío de poder, pues con él también dimitieron quienes podían sucederlo constitucionalmente, hasta que luego de dos días, la entonces senadora Áñez activó un mecanismo sucesorio y asumió la Presidencia interina con el aval del Tribunal Constitucional.
La perspectiva era celebrar los comicios el 3 de mayo, pero sobrevino la pandemia de la covid-19 y la fecha se movió primero al 6 de septiembre y luego al 18 de octubre, en medio de violentas protestas del MAS, que acusó a Áñez de usar la crisis sanitaria para extender su mandato.
La decisión de quién gobernará Bolivia durante el próximo quinquenio está en manos de 7.332.925 bolivianos habilitados para votar.
Los favoritos según las encuestas son Arce, ex ministro de Economía de Morales, Mesa y el ex líder cívico de Santa Cruz Luis Fernando Camacho, quien ganó gran notoriedad en las protestas del año pasado contra Morales.