Zoya Manaenko de 68 años de edad se dedica a castrar químicamente a los pederastas de una prisión de Kazajistán.
Esta semana ha concedido, por primera vez, una entrevista a un medio occidental en la que ha revelado algunos detalles sobre su profesión tras la aprobación de nuevas leyes relacionadas con estae tipo de condena.
Las diferentes órdenes judiciales de castración química se imponen sobre la base de un diagnóstico psiquiátrico de pedofilia, según explica Daily Star, tabloide para el que la mujer ha hablado.
«Consiste en una inyección intramuscular ordinaria en los glúteos. La sustancia que se inyecta es oleaginosa y se hace de forma lenta, lleva tiempo», explica Manaenko.
Encargada de aplicar estos pinchazos a los reos cada 12 días, y lejos de juzgar el método, aplaude el castigo.
«Creo que es la decisión correcta», asegura la mujer con decisión. «Cometen terribles crímenes contra los niños, así que está bien que la ley permita esto».
Es más, considera que esta medida debería ser adoptada por todos los estados. «Todo el mundo habría de aprender y hacer saber a los culpables a qué castigo se enfrentan».
Manaenko opina que muchos criminales se detendrían si supieran que serán castrados químicamente si atacan a un menor.
Por último, y al ser cuestionada por aquello que despierta en ella su empleo, la mujer no duda en responder: «Los convictos vienen aquí por la decisión de un tribunal. No hay ninguna emoción en mí»./ABC.
CACTUS24 19-07-20