Durante la cuarentena es posible que muchos de nuestros hábitos se modifiquen, entre ellos el sueño. Tener buenas prácticas a la hora de dormir nos hace productivos, mejora nuestro estado de ánimo y provee grandes beneficios para la salud.
Estas son algunas recomendaciones de instituciones expertas en el manejo del sueño.
Para empezar, hay que aclarar que la cantidad de horas que un adulto debe dormir es algo que varía de persona a persona. Sin embargo, los expertos señalan que el tiempo prudente debe ser de entre siete y ocho horas.
No es necesario para la mayoría de los individuos pasar más de ocho horas en la cama con el fin de tener un descanso completo.
Plantear un horario puede ser muy provechoso para el cuerpo. Se debe implementar esta práctica durante los siete días de la semana. Fijar una hora específica tanto para la hora de acostarnos como para la de levantarnos ayuda a acostumbrar el reloj biológico del cuerpo.
A su vez, seguir un horario permite que conciliemos el sueño con mayor facilidad y que podamos mantenernos dormidos de forma ininterrumpida durante la noche.
En caso de que no consiga dormirse después de estar 20 minutos en la cama, se levante, salga del dormitorio y realice una actividad relajante.
El estrés que manejamos durante el día puede hacer que en la noche sigamos pensando en asuntos que nos preocupan y que nos impiden dormir bien. Para combatir esto:
Haga listas: Si tiene demasiadas cosas que hacer al siguiente día, escríbalas en un papel o en una nota de su celular. Esto no sólo le ayudará a liberar su mente de las tareas pendientes, sino que le permitirá organizarse mejor en sus jornadas de trabajo o estudio.
Ejercite sus dedos de los pies: Acuéstese en su cama bocarriba y mantenga los ojos cerrados. Concéntrese en sus dedos de los pies. Después, manténgalos todos tensionados hacia arriba, con dirección a su rostro. Cuente hasta diez y luego suéltelos. Repita el ejercicio diez veces. Esto ayudará a que todo su cuerpo se relaje.
Pruebe con su respiración: Ponga una de sus manos sobre la parte baja de su abdomen. Inhale y cuente hasta tres. Hágalo de igual forma cuando exhale. Sienta cómo el aire fluye a través de su sistema respiratorio. Repita este ciclo durante cinco oportunidades.
¿Sirven las siestas?
Los expertos señalan que dormir durante el día puede tener distintas repercusiones en la calidad del sueño que tenemos durante la noche, especialmente cuando se trata de las siestas que se toman en horas de la tarde. La recomendación es que no superen los 30 minutos.
Si alguien debe trabajar en la noche y dormir durante el día, se aconseja tomar una pequeña siesta justo antes de trabajar para “compensar la falta de sueño”.
Tener un lugar adecuado para dormir es una de las mejores prácticas para mantener la buena calidad del sueño. Se requiere una habitación “fresca, oscura y en silencio”.
La oscuridad es especialmente importante debido a que la exposición a la luz trastorna nuestra capacidad para conciliar el sueño.
El colchón en el cual descansa debe ser cómodo y tener un buen apoyo. También debe fijarse muy bien en el tipo de almohadas que tiene y escoger unas que se ajusten a sus necesidades.
Tener una dieta balanceada y, en general, hábitos sanos puede ayudar a mejorar la calidad de su sueño. Es prudente que evite acostarse con hambre o con el estómago demasiado lleno. Evitar o reducir el consumo de alcohol, nicotina y bebidas que contengan mucha cafeína puede ahorrarle muchos problemas con su sueño.