Las autoridades iraníes proclamaron este miércoles su triunfo en atajar las protestas y disturbios en el país, aunque estos todavía no se han apagado, y desestimaron las acusaciones de Amnistía Internacional (AI) de que la represión ha causado más de un centenar de muertos.
La victoria sobre «los enemigos» fue el centro del discurso de hoy del presidente, Hasan Rohaní, una idea que contrasta con el todavía amplio despliegue de seguridad y la continuación de los disturbios en varias provincias, aunque de menor intensidad.
«No lograron éxito los que habían planeado crear inseguridad y que la gente saliera a las calles en oposición al sistema (teocrático del país)», resaltó el presidente.
Según Rohaní, «los alborotadores estaban organizados y armados y actuaron totalmente en línea con el programa diseñado por los reaccionarios de la región (Arabia Saudí), los sionistas (Israel) y los estadounidenses».
Para protestar por la injerencia de EEUU en sus asuntos internos, tras un comunicado de la Casa Blanca en apoyo de los manifestantes, el Ministerio de Exteriores de Irán convocó este miércoles al embajador suizo en Teherán, quien representa los intereses de Washington ante la ausencia de relaciones diplomáticas directas.
Sin citar explícitamente a EEUU, pero sí hablando de sus sanciones económicas contra Irán, el líder supremo, Alí Jameneí, aseguró anoche que se hizo «retroceder al enemigo» durante los recientes disturbios en el país contra la subida del precio de la gasolina.
DESPLIEGUE DE ANTIDISTURBIOS EN PUNTOS SENSIBLES
Pese a que las autoridades afirman que han ganado esta batalla, el centro de la capital Teherán sigue tomado en esta jornada en ciertas zonas por una legión de efectivos antidisturbios, según pudo comprobar Efe.
Decenas de antidisturbios continúan desplegados en los cruces de las calles Valiasr y Enghelab, y de Saadí con Yumhuri, mientras que un poco más al sur, dos gasolineras incendiadas daban muestra de los disturbios de los últimos días.
Más grave es la situación en la localidad de Shahriar, en el oeste de la provincia de Teherán, donde prácticamente todas las sucursales bancarias e incluso el ayuntamiento han sufrido ataques.
Las protestas por la subida en al menos un 50 % del precio de la gasolina y por su racionamiento derivaron pronto en críticas contra el sistema teocrático del país y en ataques a bancos, gasolineras y comisarías, entre otras propiedades.
Los disturbios han perdido intensidad debido, según denunciaron AI y la ONU, al «uso excesivo de la fuerza» por parte de los cuerpos de seguridad, incluidos disparos con munición real, como confirmaron también testigos a Efe.
CIFRA DE MUERTOS «ESPECULATIVA»
AI alertó el martes de la muerte de al menos 106 manifestantes en 21 ciudades iraníes y reveló «un desgarrador patrón de asesinatos ilegales por parte de los cuerpos de seguridad iraníes».
«Cualquier cifra de víctimas no confirmada por el Gobierno es especulativa y no fiable», respondió hoy en Twitter al informe de AI el portavoz de la misión de Irán ante la ONU, Alireza Miryusefí.
El portavoz consideró esos datos «acusaciones infundadas» y «cifras fabricadas por entidades occidentales sesgadas», así como «parte de una campaña de desinformación emprendida contra Irán desde fuera del país».
Además del balance exacto de fallecidos ofrecido por AI, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció ayer la muerte de decenas de personas y «un uso excesivo de la fuerza».
Las autoridades iraníes no han revelado una cifra global de víctimas mortales, centrándose por ahora en informar del fallecimiento de cuatro miembros de las fuerzas de seguridad, de uno de los cuales se celebró hoy su funeral.
MANIFESTACIONES PRORRÉGIMEN
El funeral de uno de los tres efectivos de las fuerzas paramilitares Basij fallecidos hace dos días en una emboscada tuvo lugar en esta jornada en la localidad de Shahriar, entre un gran despliegue de seguridad.
Cientos de personas, así como el secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Alí Shamjaní, acudieron a las exequias, que se convirtieron en una suerte de manifestación de apoyo al régimen de los ayatolás.
Los gritos de «Muerte a EEUU» y «Muerte a los secesionistas» protagonizaron este funeral, así como otras manifestaciones a favor del régimen organizadas entre ayer y hoy en ciudades como Tabriz y Rasht, en el norte, o Hamedan, en el oeste.
«La gente de Irán salió con la cabeza alta de otra prueba histórica y mostró que, a pesar de tener problemas económicos o quejas por la gestión del país, jamás permitirán que los enemigos se aprovechen de ello», afirmó Rohaní agradeciendo estas señales de apoyo.
Por el contrario, la ciudad de Shiraz en el sur, donde según AI han muerto al menos seis manifestantes, y las provincias de Juzestán (suroeste) y Kermanshah (noroeste), con unos 30 fallecidos cada una, siguen siendo los principales escenarios de protestas y disturbios.
Cactus24 20-11-19