Yedra Carolina López Parra (27), ama de casa y paciente del Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM), ingresó hace mes y medio al centro asistencial para una extracción de cálculos renales y terminó muerta en un ascensor.
La directiva adjudica el accidente a una fluctuación eléctrica a las 4.00 de la tarde del 23 de octubre. “Ni se desplomó ni tampoco sus guayas se rompieron”. La realidad no hay responsables del deceso que dejó a dos niños huérfanos y a dos familias con una pérdida irreparable.
Mientras en la morgue forense esperaban la entrega del cadáver de Yedra, en la oficina del director del SAHUM se organizaba una rueda de prensa. Mervín Urbia, director del centro asistencial, pidió un minuto de silencio por la única víctima fatal del accidente.
Seguidamente, el médico explicó que “el movimiento brusco por la pérdida de control hizo que la cama, donde era trasladada la paciente, se desplazara hacia adelante y la aprisionara provocándole la muerte, mientras que su esposo y el ascensorista sufrieran lesiones, la prima resultó ilesa».
Para descartar las especulaciones, Urbina aseguró que harán tres investigaciones diferentes cada una con un reporte: uno su despacho, otro los bomberos y el tercero lo harán los técnicos encargados del mantenimiento del ascensor.
La Policía científica investiga el suceso como una muerte accidental. Esperan que Aron Arturo Camejo, ascensorista de 53 años, se recupere para entrevistarlo. Sin embargo, por este caso, algunos funcionarios desestiman que haya responsabilidades penales.