Erlys Unta es una docente que llevaba una vida muy ajetreada entre la jefatura de control de estudios del liceo José de los Chorritos, la zona educativa en Carabobo y su labor como madre de un niño con condición especial, hasta que un día antes de su cumpleaños, el 16 de mayo, un diagnóstico le puso pausa a sus actividades: cáncer en mama izquierda.
En junio de 2018 comenzó a ver una «pepita» en su seno cuando venía su menstruación, pero sus labores como docente cada vez exigían mayor compromiso: no tenía vacaciones y en ocasiones trabajaba hasta 12 horas continuas. Así son los cargos administrativos. Sentía dolor. Aguantaba y aguantaba.
En mayo de este año decidió no dar más larga y acudió a una consulta porque la pepita ya tenía un aspecto verdoso. La orden era hacerle una punción en la mama, que luego trajo lágrimas: Erlys ahora debía enfrentarse a un cáncer triple negativo que afectaba su seno izquierdo. En el derecho tiene fibrosis quistica. Nada maligno. La noticia dolió, sí. Pasó la noche llorando, pero al día siguiente, justo cuando apagaba las velas por sus 41 años, se paró de la cama con optimismo y fuerzas que le daba su familia. Entonces, hizo todas las diligencias necesarias para comenzar su tratamiento.
Para Erlys, ni para ninguna paciente que lucha contra el cáncer de mama, es fácil tratar la enfermedad en hospitales públicos. En el oncológico Miguel Pérez Carreño le fue imposible concretar una cita a tiempo. El cáncer no espera, así que con apoyo de familiares y compañeras de trabajo, pudo pagar una consulta privada para comenzar a erradicar uno de los cáncer más fuerte que hay. En junio, un año después de ver aquella «pepita» extraña, inició sus ciclos de quimioterapia en una clínica. Otra tarea que no fue fácil, puesto que las quimioterapias son costosas y en el Seguro Social tarda hasta más de un mes por llegar la valija de medicamentos.
Las historias que escuchaba en los pasillos del oncológico la llevaron a tomar la decisión de unir recursos para asistir a consultas privadas. «Que si esta señora tiene dos meses esperando por el resultado de un exámen. Que aquella tiene más de 45 días esperando para iniciar las quimios. Que el quirófano estuvo cerrado y las operaciones están retrasadas», cuenta Erlys sentada en la sala de su casa, en el sector La Pocaterra de Tocuyito. Se ve fuerte, con mucho ánimo, y así lo expresa.
A pesar de tener tantos años dedicados a la docencia, Erlys no ha tenido apoyo del ministerio de educación. Su seguro no cubre los gastos ni mucho menos los 38 mil 443 BsS que gana quincenalmente le alcanza para comprar, al menos, una botella de solución que ronda los 85 mil BsS y debe usar cinco por cada sesión de quimios.
Erlys está próxima a terminar sus ciclos de quimioterapias para someterse a una mastectomia total bilateral. Su proceso ha sido rápido, gracias al apoyo de muchas personas, por lo que no debe esperar tanto tiempo para la cirugía, que tiene un costo de $3560 y para lo que ha creado una cuenta Gofundme para recaudar fondos y, como una guerrera, vencer esta batalla contra el cáncer porque hay una razón que la necesita con vida: Leandro, su niño de 6 años. Para ayudar puede hacerlo a través del siguiente enlace:
Cactus24 (19/10/2019)