La Policía de París advirtió de los altos niveles de plomo que se registran en las zonas aledañas a la catedral de Notre Dame tras el incendio del 15 de abril.
«Las mediciones muestran la presencia de plomo en varias zonas (…) en particular en las áreas que pudieron estar abiertas en el momento del incendio», indicó la institución en un comunicado.
El metal tóxico proviene del techo y de la aguja que se desplomaron por el fuego.
Las fuerzas de seguridad recomiendan a los residentes alrededor de Notre Dame que usen toallitas húmedas para limpiar el polvo.
Hasta el momento, aseguraron, no se han registrado casos de intoxicación con plomo.
Precisaron que ya se ha prohibido la entrada a las zonas cercanas a la catedral y que se reabrirá cuando el nivel de plomo retorne a los niveles admisibles.
Los ecologistas instaron a las autoridades francesas a limpiar la contaminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plomo tiene graves consecuencias en la salud de los niños. Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar coma, convulsiones e incluso la muerte.
La OMS alerta que los niños que sobreviven a una intoxicación grave pueden padecer diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportamiento.